DEPORTES
Final nefasto
El Sedis cae tras un último cuarto para olvidar, en el que estuvo 7 minutos sin anotar una canasta || Ganaba de 8 puntos en el tercer periodo y acabó encajando un parcial de 31-9
El Cadí La Seu encajó ayer la sexta derrota en lo que va de temporada, tras perder en la pista del IDK Gipuzkoa (58-44) en un último periodo nefasto, en el que tardó siete minutos en anotar la primera canasta en juego. Pasó de ganar de ocho puntos a acabar perdiendo por 14 tras encajar un parcial demoledor de 31-9.
En la primera mitad los dos equipos rivalizaron en errores y el juego se convirtió en un correcalles, sin que ninguno de los dos impusiera su juego y con fallos inverosímiles bajo las canasta por ambos lados, en especial de la canadiense Dornstauder, que nunca impuso su altura. El parcial de 12-12 del primer cuarto y el 10-13 del segundo corroboran claramente que el nivel de acierto de ambos contendientes fue pésimo en una primera mitad horrorosa.
La canaria volvió a jugar después de once meses lesionada y aportó fluidez en lo poco que jugó
El Cadí pareció comenzar mejor. Un parcial de 0-4 con dos contraataques culminados por Raventós y Ariadna Pujol obligó a la entrenadora local Azu Muguruza a pedir el primer tiempo muerto cuando aún no se habían cumplido los tres primeros minutos. La reacción donostiarra tardó, pero llegó, y con un parcial de 8-0 el IDK revertió la situación (10-6).
Bernat Canut movió el banquillo y prácticamente cambió todo el cinco inicial, haciendo debutar esta temporada a Yurena Díaz, que volvía después de once meses apartada de las pistas por una lesión de rodilla. La canaria, que volvía precisamente ante el rival contra el que se lesionó el 30 de noviembre del año pasado, anotó nada más salir para romper la mala racha de su equipo, que logró llegar con el marcador igualado al final del primer cuarto (12-12).
En el segundo no mejoraron las cosas para ninguno de los dos equipos, que seguían empeñados en ver quién encadenaba más errores. Las donostiarras acumulaban ya siete pérdidas y las urgelenses llevaban un 5 de 20 en tiros de dos puntos y 0 de 6 en triples, números que explicaban perfectamente el 15-14 que reflejaba el marcador superado el ecuador del periodo. Fue en el tramo final que el acierto apareció y un parcial de 7-11 permitió a las de Bernat Canut llegar al descanso con una renta mínima de tres puntos (22-25).
La buena dinámica ofensiva se mantuvo a la vuelta de los vestuarios. Un triple de Bahí, después de errar tres en la primera mitad, contrarrestó uno de González nada más comenzar y el Cadí vivió sus mejores minutos. Un parcial de 0-5, con la belga Geldoff como protagonista, elevó la máxima renta urgelense hasta los 8 puntos (27-35), obligando a Muguruza a parar de nuevo el partido.
Ahí empezó el declive del Cadí. Las instrucciones de la entrenadora local surtieron un efecto inmediato y con un parcial de 8-0, con dos triples de Erauncetamurgil y la francesa Cousseins y un robo de balón y contraataque de otra gala, Delaere, igualaron de nuevo el partido a 35. Canut pidió tiempo para parar la sangría y lo logró a medias, cerrando el cuarto con tres puntos abajo gracias a dos tiros libres de Jespersen (42-39).
Pero el último periodo fue un calvario para el Cadí, que apenas compitió. Los errores se multiplicaron, fruto de la gran defensa donostiarra, y el acierto cayó en picado, tanto que las urgelenses necesitaron siete minutos para anotar la primera canasta en juego (solo había logrado un tiro libre). Fue de Bahí, pero para entonces el partido ya estaba más que finiquitado (54-42), tras encajar un demoledor 31-9 en los últimos 15 minutos.
“Hemos fallado tiros fáciles en la primer mitad” Bernat Canut se mostró ayer resignado tras el partido. “Hemos desaprovechado los buenos 20 primeros minutos que hemos hecho, fallando tiros muy fáciles bajo canasta que nos hubiera dado una ventaja más grande en el marcador al descanso”, dijo el técnico, que añadió: “Estábamos haciendo un buen trabajo detrás, dominando el rebote y generando buenos tiros, igual que al comienzo de la segunda parte. Nos hemos podido escapar en el marcador, pero a partir de aquí ellas han entrado en una racha con tres o cuatro triples consecutivos que nos ha afectado moralmente y nos ha hecho bajar nuestro rendimiento en defensa y, sobre todo, la velocidad del juego. Cuando nos hemos querido meter en el partido después del bofetón recibido ya era demasiado tarde”.