Líder contra la adversidad

Doble campeón de Europa y ahora líder de la OK Liga con el mejor arranque de su historia (seis victorias y un empate), un hito sin precedentes en los 70 años de vida del Llista Blava. Y todo ello a pesar de jugar en el exilio, después de que el Onze de Setembre se convirtiera en un hospital de campaña por la Covid-19, y sin un patrocinador principal por tercera temporada consecutiva.

“Estamos muy felices porque nunca habíamos sido líderes y lograrlo en la séptima jornada ya no se puede hablar de casualidad”, señala su presidente, un Enric Duch contrariado por no tener aún una gran empresa detrás. “Creo que no podemos demostrar nada más. Hemos conseguido dos títulos europeos, vamos líderes de la OK Liga y tenemos una plantilla que vuelve a ilusionar, no sé qué más podemos hacer para ganarnos la confianza de un patrocinador. Si lo tuviéramos podríamos aspirar a cosas más grandes y a dar continuidad a este proyecto que, si no lo conseguimos, tendremos que ser realistas y romperlo. Es una situación desesperante”, reconoció.

Tampoco lo entiende el capitán del equipo, Andreu Tomàs. “Es incomprensible y contradictorio. Desde el club no se puede hacer más de lo que están haciendo”, reconoce el pallarés, que tiene claro cuál es la causa por la que ahora son líderes en solitario de la OK Liga. “Lo más importante es el buen ambiente que hay dentro del equipo, es distendido y divertido, que hace que todo sea más fácil. Para mí es la primera gran variable para explicar la situación actual”, señaló Tomàs, que tiene ya olvidado el hecho de haber tenido que cambiar el Onze de Setembre por Bell-lloc. “Ni hablar ni lamentarnos. Estamos donde estamos y, vista la situación actual, aún tenemos que dar gracias de que podemos jugar, entrenar y disfrutar de lo que nos gusta, porque hay muchísimos deportistas de todos los niveles que ahora mismo no pueden hacer nada. Esto sí que es un drama y no que no podamos estar en nuestro pabellón. El Onze de Setembre ya no lo tendremos esta temporada y, como no lo tendremos, nuestra casa es Bell-lloc y agradecidos de que nos hayan acogido y de las facilidades que nos ponen”, sentenció.

Tomàs es consciente de que el liderato será efímero y recordó que los retos del Llista son otros. “El objetivo no es ganar la Liga. Cuanto más tiempo estemos arriba querrá decir que estamos haciendo bien las cosas, pero tenemos que seguir siendo humildes y no pensar más allá del partido a partido, porque lo contrario sería absurdo y un error. El Llista no es un club para luchar por una Liga, sino luchar por conseguir 23 puntos, que nos acercaría a la Copa, y luego los 35, que casi nos daría la salvación, e intentar quedar lo más arriba posible”, aseveró.