LOS DETALLES
Derrota inmerecida del AEM
Las azules caen ante el Osasuna en un partido que dominaron en muchas fases || Patri igualó el gol local, pero las navarras se llevaron el triunfo en su única llegada con peligro tras el descanso
La semana que ha vivido el AEM podría equipararse perfectamente a la Semana Santa. Empezó el domingo pasado con una derrota en casa ante el Barça B, continuó el miércoles con un empate en casa ante el Zaragoza y acabó ayer con una nueva derrota en el campo del Osasuna. Un verdadero via crucis para las azules porque, además, en los tres partidos el equipo mereció más. Ante el Barça B, porque rozó el empate con los dedos. Ante el Zaragoza, porque fue inmensamente superior. Y ayer, porque directamente fue un resultado injusto.
Las de Roger Lamesa no merecían volver de vacío de Pamplona en un partido en el que fueron de menos a más y que precisamente desequilibró el Osasuna con el 2-1 definitivo cuando mejor estaba el AEM, lanzado a la búsqueda del 1-2. Empezaron mal las leridanas, las cosas como son. Les costó cinco minutos entrar en el partido y fue el tiempo justo que necesitó Lorena para recoger un balón delante de Laura y adelantar a las navarras.
Con el marcador en contra, las de Roger Lamesa fueron de menos a más y, poco a poco, fueron llegando a dominios visitantes hasta que, rebasada la media hora de juego y en una serie de saques de esquina seguidos, Patri pudo conectar uno de cabeza a la red para restablecer el empate.
Tras el descanso, el AEM puso una marcha más y parecía cuestión de tiempo que anotara el segundo gol a su favor. De hecho, Pixu tuvo dos acciones muy claras ante Silvia, que no acertó a definir. Y precisamente cuando mejor estaba un equipo y peor el otro, se produjo el giro de guión. En una jugada aislada, prácticamente en la única llegada rojilla al área del AEM en toda la segunda parte, Mai Garde emuló a Patri y puso el 2-1 de cabeza a la salida de un córner. El AEM, que llevaba quince minutos jugando en inferioridad por expulsión de Jani –por doble amarilla, la segunda muy rigurosa–, poco pudo hacer en lo que supuso un golpe anímico que refleja lo que ha sido esta semana. Un punto de nueve pese a las buenas sensaciones dejadas sobre el campo. Y, al menos, en la Semana Santa, después de la crucifixión llega la resurrección.