DEPORTES
Liderato efímero
Poco le ha durado el liderato al Lleida Llista, que ayer lo cedió después de perder de forma clara (1-4) ante un Igualada que evidenció que su condición de colista era del todo ficticia, como ya había avisado Albert Folguera en la víspera. Los listados no jugaron un buen partido, nada que ver con el de hace cuatro días en la pista del Reus, donde batieron a uno de los grandes para encaramarse por primera vez en toda su historia al liderato de la OK Liga. La precipitación y los nervios les jugaron ayer una mala pasada a los listados, que no supieron leer bien el partido y acabaron encajando la primera derrota oficial de la temporada. Ya habían caído en la tercera jornada frente al Girona, también en Bell-lloc, una derrota que luego le restituyó el Comité de Competición por alineación indebida de un jugador rival.
Hasta el ecuador de la primera parte el partido fue un intercambio de golpes sin que ninguno de los dos equipos gozara de ocasiones muy claras. Una de Bruno Di Benedetto a pase de Cañellas, una de Andreu Tomàs en jugada personal y otra de Vives a servicio del francés fueron las aproximaciones más destacadas de los listados. En la otra portería, Martí Serra estuvo preciso en un disparo de Baliu y en una doble ocasión de Roger Bars.
Oriol Vives y Jepi Selva fallaron sendas faltas directas y Andreu Tomàs envió una bola al palo
El Llista encajó el segundo gol, que resultó clave, estando en superiorirdad por la exclusión de un rival
Fue a partir del minuto 13 que las cosas empezaron a torcerse con el primer gol del Igualada, anotado por Pla de fuerte disparo desde media distancia. El tanto dejó descolocado al Llista, que se volcó en ataque sin demasiado criterio. Tuvo alguna oportunidad, pero ninguna lo suficientemente clara como para equilibrar el marcador.
Después del descanso, el Llista retomó el partido de igual manera, sin controlar el juego y con un Igualada que mordía más. El leridano Aleix Marimon, natural de Bell-lloc, avisó a los seis minutos y César Vives, cuatro después, envió la bola al palo. El partido hubiera podido cambiar en el minuto 36 de haber transformado Oriol Vives una falta directa por la exclusión de Gerard Riba, por dar un codazo a un jugador local. Pero el barcelonés, clave el miércoles con sus cuatro goles ante el Reus, no estuvo esta vez inspirado, como tampoco sus compañeros, que no acertaron a crear peligro durante los dos minutos que jugaron con superioridad numérica.