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Kilian Jornet abandona por lesión su intento de récord
Kilian Jornet no pudo conseguir su objetivo de batir el récord de 24 horas en pista. Una lesión en la rodilla derecha le obligó a abandonar cuando llevaba corriendo 10 horas, 19 minutos y 56 segundos y había recorrido 134’800 kilómetros. El objetivo para el que se había preparado era el de superar el récord que tenía el griego Yiannis Kouros desde 1997, cuando completó 303’506 kilómetros.
Jornet saltó al tartán de la localidad noruega de Mandalen a las 11.00. Le acompañaban oros atletas, Sebastian Conrad Hakanson, Didrik Hermansen, Jo Inge Norum, Simen Holvik y Harald Bjerke, un requisito imprescindible para dar validez al registro. En el momento de la retirada de Kilian, sus compañeros siguieron con el reto. Hoy a las 11.00 se sabrá si alguno de ellos ha podido rebajar la marca que firmó Kouros.
El atleta comenzó a correr bajo una temperatura de cero grados y con el hielo cubriendo gran parte del recinto. Dos calles estaban preparadas para él y sus acompañantes. Empezó a un fuerte ritmo y durante las primeras horas del reto corrió a ritmo de récord. En la primera hora había cubierto unos 14 kilómetros, un poco por debajo del registro del atleta griego en 1997. Pero en la segunda hora ya había igualado los 28 kilómetros de Kouros.
El primer maratón, es decir, los 42 kilómetros, lo marcó Jornet con un registro de 3 horas, 3 minutos y 19 segundo, muy cerca de los 2:59:59 del recordman de la modalidad. Dos vueltas por delante de Jornet estaba uno de sus acompañantes, Hakansson.
A las cuatro horas cambió de sentido, tal como estaba previsto. En ese momento llevaba recorridos 56’6 kilómetros y había mejorado el registo e Kouros, que habia firmado 55 kilómetros en su día. A la quinta hora llevaba 68’8 y, en la sexta, 82 kilómetros tras dar 205 vueltas a la pista. La proyección vaticinaba 328 kilómetros al final.
Jornet siguió a buen ritmo hasta completar 95 kilómetros en la séptima hora, 108 en la octava y 120 en la novena. Empezó entonces a bajar el ritmo. Empezó a acusar molestias, paró para ser atentido y, al volver a la pista ya le costaba cinco minutos recorrer cada kilómetro. Aún con las dolorosas molestias en su rodilla, llegó con 131 kilómetros a las diez horas. Pero en la vuelta 337 se paró, se tumbó y fue atendido durante cerca de media hora. Ya no pudo seguir aunque lo intentó y dijo basta a los 134,800 kilómetros.