DEPORTES
Pioneras del fútbol
En 2021 se cumplirá el 50 aniversario de la creación del primer equipo femenino de Lleida
La mujer en el fútbol está dando pasos de gigante y ganando visibilidad. SEGRE rescata la historia de las pioneras en Lleida, una historia olvidada que no ha tenido el reconocimiento que merecía y que empezó en 1971, cuando un grupo de jóvenes de la empresa Confecciones Botca de Pardinyes disputaron el primer campeonato del Estado.
CLa última vez que Juanita Sánchez, Pepita Solé y Dolores Carreño estuvieron juntas fue hace casi 50 años en este mismo lugar. Medio siglo después al pisar el césped del Camp d’Esports se les dibuja una sonrisa imposible de disimular,
p
orque este escenario les trae recuerdos
de una época muy bonita para ellas y en la que, sin ser conscientes de ello, rompieron una de las mayores barreras del deporte. Fueron jugadoras del primer equipo femenino de fútbol de la demarcación y representaron a la UE Lleida en el primer campeonato que se disputó en España, la Copa Pernod y Radio Reloj de Radio España.
“El momento más emocionante que viví aquí fue un partido que jugamos de noche, después de que lo hubiera hecho el Lleida masculino”, recuerda Carreño con el balón en los pies. “Aquel partido fue fabuloso, nos dejaron las luces encendidas para nosotras”, corrobora Sánchez. “Y estaba el campo lleno”, remacha Solé. Llenaban el viejo Camp d’Esports de principios de los setenta en un término medio entre la expectación y la curiosidad.
El equipo había nacido en la fábrica textil Confecciones Botca, de Pardinyes. Juanita Sánchez, trabajadora de la empresa y que sería la capitana del equipo, explica que empezaron a dar patadas al balón al oír hablar de la Copa Pernod: “Entrenamos un poco para ver si el fútbol se nos daba bien y vimos que sí”.
“Antes ya hacíamos atletismo y baloncesto”, añade Pepita Solé, la integrante más joven de aquel equipo con 14 años entonces. De hecho, esta capacidad multideportiva provocó que en una ocasión tuvieran que aplazar un partido del campeonato porque tenían que disputar uno de baloncesto el mismo día. Carreño recuerda, asimismo, que “cuando salíamos a almorzar nos poníamos a jugar a pelota enfrente de la fábrica hasta la hora de volver a trabajar”.
“Para jugar la Copa Pernod, el Lleida nos cedió el nombre, el campo y la camiseta, pero los pantalones y las medias eran nuestros, rojos y blancos, los del Confecciones Botca”, explica Solé. El debut de las leridanas en el campeonato fue contra el Barça, el 8 de mayo de 1971. El partido se jugó en el campo del Europa, el antiguo Sardenya, y salieron goleadas por 6-0. Jugaron Palomares en la portería, Solé, Candel y Marisa en la defensa, Paquita y Juanita en el centro del campo, y Maria, Gascón, Bobillo, Carreño y Amparo en la delantera. “A las que tenían mejor toque de pelota las puse de delanteras y a las que tenían más fuerza, atrás. No había figuras pero sí muchas ganas”. Así explica Ricardo Miguel, el encargado de entrenar y dirigir al equipo, cómo lo confeccionó. Miguel era atleta y el gerente de la fábrica: “Tuvimos muchos problemas para poder jugar en el Camp d’Esports, no nos lo ponían fácil porque no había costumbre de ver a un equipo de mujeres”, explica.
Pese a todo, en la segunda jornada del campeonato, hicieron su debut como locales. Era el 15 de mayo de 1971 y empataron 1-1 contra el Manresa, con un primer gol de Elena Bobillo, hoy religiosa de clausura de las Carmelitas Descalzas.
Completaron un gran campeonato y quedaron clasificadas por la mitad de la tabla. Y, además, exhibieron su fútbol en toda la provincia: aparte de hacerlo en el Camp d’Esports, jugaron como locales también en localidades vecinas. Contra el Espanyol y el Sant Cugat jugaron en Torrefarrera, contra el Sant Andreu en Agramunt, contra el Vic en Alfarràs, contra el Calella en Ponts, contra el Banyoles en Térmens y contra La Salle Premià en Binéfar.
Y pese al éxito que tenían entre el público, por la novedad, Juanita Sánchez lamenta que también tuvieron que hacer oídos sordos en algunas ocasiones a comentarios machistas: “Aunque la mayoría de los espectadores nos aplaudían y animaban, algunos nos gritaban que nos fuéramos a fregar y a la cocina”. “Y también nos gritaban ooolé!, como en los toros”, añade Solé.
Tras el campeonato, el equipo todavía jugó algunos amistosos contra clubes de mucho nombre, como por ejemplo el Valencia, pero la llama que se había prendido se apagó y hasta mediados de la década siguiente, en Balaguer, no volvería a haber ningún otro equipo femenino de fútbol en la demarcación leridana.
“No éramos conscientes de que estábamos abriendo una puerta, éramos unas crías de quince o dieciséis años, solo nos lo pasábamos bien”, sentencia Juanita Sánchez. Una forma de pasarlo bien que, eso sí, les comportó también algunos sacrificios: “A veces teníamos que entrenar a las cinco de la mañana, porque también estudiábamos y trabajábamos”, recuerda Solé. De hecho, la futbolista de más edad del equipo no llegaba a los 20 años. “Éramos muy jóvenes, porque a esta edad ya una se casaba, la otra tenía hijos…”, relata Carreño.
Sea como sea, ellas fueron las primeras. Las pioneras jugaron bajo el nombre y el escudo del Lleida y, medio siglo después, sienten que se les ha olvidado y su historia, hasta hoy, ha permanecido en silencio: “Que no haya ninguna referencia en la historia del Lleida...”, lamenta Solé. “En aquel momento, ya no le dieron ninguna importancia”, sentencia Juanita.
“Ahora, cuando veo los partidos de chicas por la tele, me veo jugando a mí”, dice Carreño con cierta lástima. Seguramente, cuando pusieron los pies por vez primera en el Camp d’Esports, hace medio siglo, o cuando ganaron al Barça, ni se imaginaban que algún día verían a otras mujeres jugando y en un entorno profesionalizado como el de hoy. Pero no hay duda de que la integración de la mujer en el fútbol, todavía con un largo y necesario recorrido por delante, se ha ido consiguiendo también gracias a ellas. A las pioneras. A las que rompieron la barrera. Y que eran leridanas.
Ganaron al Barça entrenado por Ramallets La mayor gesta que consiguieron las pioneras de la UD Lérida-Botca fue derrotar al Barça, entrenado por Ramallets, en el Camp d’Esports en el primer partido de la segunda vuelta. Era el 24 de octubre de 1971. “Tenían mucha técnica y un entrenador que había sido futbolista”, cuenta Juanita. Y aun así, lograron ganarlas. “Sí, porque estas chavalas tenían un par de…”, recuerda Ricardo Miguel. “Como en la primera vuelta nos habían metido seis vinieron confiadas”, añade Solé. Los goles de aquella victoria por 2-1 los marcaron Amparo Albà y Gloria Batlle.