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LOS DETALLES

Otra decepción azulgrana

El Barça no sabe ganar al Athletic en una final en la que se adelantó por dos veces en el marcador y que perdió con un golazo de Williams en la prórroga || Messi sufre su primera expulsión como azulgrana

Messi, cabizbajo, entrega el brazalete de capitán tras ser expulsado por primera vez en el Barça.

Messi, cabizbajo, entrega el brazalete de capitán tras ser expulsado por primera vez en el Barça.EFE

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Un golazo de Iñaki Williams en la prórroga le dio la gloria al Athletic Club al ganar al Barcelona (2-3) y su tercer título de la Supercopa de España, tras una final con alternativas y en la que el Barça volvió a mostrar su doble cara. A pesar de que se adelantó por dos veces con sendos tantos de Griezmann, el Athletic empató poco después del 1-0 y llevó el partido a la prórroga con un tanto de Villalibre en el último minuto (2-2). En el tiempo añadido Williams firmó el gol de la victoria y Messi fue expulsado, en la que era su primera tarjeta roja como azulgrana. La actuación del árbitro Gil Manzano enfadó a los azulgranas, por su permisividad con las acciones duras de los bilbaínos.

Fue una primera mitad con pocas ocasiones hasta que Griezmann adelantó al Barça en el 40. Pero a los dos minutos De Marcos hizo el 1-1. El delantero francés del Barcelona volvió a marcar en el 77, pero Asier Villalibre igualó en la recta final y luego Williams decidió en el tercer minuto de la prórroga.

El técnico admitió que era una “derrota dura” pero no es “un paso atrás” en la progresión del equipo

Barcelona y Athletic pugnaban por el primer título de la temporada para impulsar sus trayectorias, tras deshacerse en semifinales de la Real Sociedad en los penaltis y del Real Madrid, respectivamente. Koeman no pudo levantar su primer trofeo como entrenador azulgrana.

Despejada la gran incógnita previa a la final al recuperarse Leo Messi de su problema en un muslo, éste abanderó a un equipo que, con él, multiplica su capacidad de juego y de peligro, pero ayer eso no bastó.

Koeman hizo solo dos cambios respecto a la sufrida semifinal contra la Real con la entrada de Messi y del lateral estadounidense Sergiño Dest por el danés Braithwaite y Mingueza.

Los bilbaínos, bien plantados y muy robustos en todas sus líneas, salieron con más brío a la final de La Cartuja, con una asfixiante presión arriba que incomodó mucho la salida del balón de un Barça quizá apocado en exceso.

La primera consecuencia de esta extraña falta de claridad en los azulgranas, cuando no recelo y ausencia de intensidad, fue la nula presencia de Messi en las pocas llegadas de su equipo.

Incómodo y desdibujado, contagiado por el aletargamiento de sus compañeros, el argentino apenas apareció. La primera mitad estuvo marcada por las escasas ocasiones, con los leones más incisivos y el Barcelona incapaz de generar llegadas claras a la meta de Unai Simón. Messi lo intentó a los 37 minutos desde fuera del área, aunque no fue hasta tres minutos después cuando Jordi Alba buscó desde la izquierda al argentino, quien intentó el remate sin éxito y el balón le quedó muerto a Griezmann para que marcara el 1-0.

Sin embargo, el Athletic, muy serio en toda la primera mitad, reaccionó menos de dos minutos más tarde y Óscar De Marcos igualó en el minuto 42.

En la reanudación el Barça quiso dar un paso adelante y tuvo más protagonismo. Salvo la perseverancia de Jordi Alba, tratando de asociarse con Messi o Griezmann, con poco acierto, el Athletic persistió en su presión y el VAR anuló un gol a Raul Garcia.

Sin florituras, el Barcelona, se mostró más vertical y volvió a marcar a 13 minutos del final y de nuevo por medio de Griezmann. Pero no supo mantener el 2-1 y tras una falta innecesaria de Lenglet, el Athletic empató en el 90 y llevó el partido a la prórroga.

Al equipo de Marcelino le bastaron tres minutos para remontar con un golazo de Iñaki Williams. Griezmann pudo volver a marcar en el 111, pero el equipo salió derrotado y sin Messi, que se puede perder varios partidos por su expulsión.

Koeman: “Hay que ser más contundentes en el área” Ronald Koeman definió como “un partido muy disputado” la final y aunque admitió estar “triste” porque “al fútbol se juega para ganar títulos”, indicó que “no hay tiempo para venirse abajo”.

Messi, cabizbajo, entrega el brazalete de capitán tras ser expulsado por primera vez en el Barça.

Messi, cabizbajo, entrega el brazalete de capitán tras ser expulsado por primera vez en el Barça.EFE

Messi, cabizbajo, entrega el brazalete de capitán tras ser expulsado por primera vez en el Barça.

Messi, cabizbajo, entrega el brazalete de capitán tras ser expulsado por primera vez en el Barça.EFE

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