POLIDEPORTIVO LOS EFECTOS DEL CORONAVIRUS
El permiso para ir a mítines indigna a los deportistas
Numerosos deportistas mostraron su indignación en las redes sociales en cuanto el Govern hizo público que se podía romper el confinamiento municipal para asistir a mítines. “Es tan indignant... I després anirán a fer els mítings al pavellons que nosaltres tenim tancats”, expresaba Vanesa Ortega, presidenta del Balàfia Vòlei y portavoz en Lleida de la plataforma Ja n’hi ha Prou, que ya ha organizado dos protestas y no descarta más acciones tras esta decisión. “Restriccions de tot tipus i ara per anar als míting sí?”, se exclamaba Raúl Arenas, atleta al que se le denegó el permiso para hacer un reto solidario que consistía en correr él solo, sin ninguna compañía, 200 km.
“Estamos indignados. Nos toman por el pito del sereno. ¿Se puede ir a un mitin y no se puede ir a entrenar?”, explicaba Ortega, que recuerda a los políticos que llegan elecciones y “todo el mundo recoge lo que siembra”. “Nosotros nos hemos adaptado a todas las restricciones. Pedimos a los políticos que ellos también lo hagan”.
“Hemos acatado las medidas pensando en el bien común y ahora nos dicen que sí que podemos salir del municipio para ir a un mitin. ¿Donde está la coherencia?”, explica Eva Ribalta, presidenta de la asociación Lleida Esport Femení. “Nos indignamos cuando lo comentamos en el grupo”, añade.
“Parece pitorreo. Ya no es una cuestión de ética, sino de estética”, añade Pep Castarlenas, del Ekke. “Es un despropósito que tendrán que reconducir. A los politicos de aquí, los que te miran a la cara, se les caerá de vergüenza si nos lo quieren justificar”, añadía.
Arenas no podía ocultar su indignación. “Pedí permiso para el reto solidario, recoger dinero para AFANOC y me dijeron que no, que no lo veían justificado y que lo hiciera en mi casa, cuando corría yo solo”, recuerda. “Resulta que no puedo ir a entrenar, nuestros hijos tampoco, han cerrado gimnasios y han hecho la vida imposible a la hostelería. No puedo salir del municipio para entrenar, pero sí para ir a un mitin. Sentimos mucha rabia e indignación. Igual tenemos que montar mítines en los restaurantes”, ironiza.