El AEM toca el cielo

Racing de Santander, Oviedo, Atlético de Madrid B, Madrid B, Alavés, Barça B y Osasuna. Y entre todos estos gigantes, el humilde AEM. De estos ocho equipos, uno subirá a Primera División. Así de grande es la hazaña que consiguió ayer el equipo leridano en una jornada que resonará por mucho tiempo en la ciudad. El Recasens ayer dictaba sentencia: o la cuarta posición era para el AEM para su rival, el Seagull. A cara o cruz y sin término medio. No era una tarea sencilla para las azules, al contrario. Solo les valía el triunfo, mientras que el empate ya les bastaba a las badalonesas.

Y aunque a nadie pueda ya sorprender a estas alturas, nada fue capaz de poner freno a esta inagotable costumbre de soñar sin conocer barrera alguna. El AEM ha ido escalando, peldaño a peldaño desde las categorías provinciales hasta situarse, y bien puede presumir de ello, entre los 30 mejores clubes del estado. Ayer hizo historia. Primero, asegurándose la permanencia, por tercer año seguido, en una Segunda División repleta de clubes históricos. Segundo, goleando a su máximo rival –el AEM-Seagull es seguramente el derbi catalán más igualado del fútbol profesional–. Y tercero, logrando clasificarse, pese a competir en el subgrupo de la muerte, entre las cuatro primeras.

Puestos a soñar, el AEM eligió hacerlo a lo grande, y dominó a un Seagull que a excepción de dos jornadas siempre había estado por encima de las de Roger Lamesa en la clasificación. Aunque las de Ana Junyent trataron de llevar la iniciativa pero poco a poco la presión alta del AEM dio sus frutos y en un balón largo a la espalda de la defensa, Pixu, poniendo el balón por encima de Aida, abría las puertas del cielo.

La eterna capitana, que no marcaba desde noviembre, no podía faltar a la cita con la historia. El 1-0 ponía al AEM cuarto, pero las de Roger Lamesa eran conscientes que un gol visitante las dejaba fuera, así que tras el descanso fueron a por más, olvidándose del marcador.

El equipo cambió el sistema a cuatro defensas como ya hizo en Vitoria, y los goles no se hicieron esperar ante un Seagull desconcertado y de reacción paquidérmica. .

A los cuatro minutos, Alexia remataba de cabeza un centro de Ainhoa a la red. Estallido de alegría del equipo, conscientes de lo transcendente de ese gol. Ana Junyent trató de reactivar a su equipo con un doble cambio, pero nadie podía parar al AEM. En el minuto 66, Andrea recuperó un balón, avanzó hasta el área y le sirvió el esférico a Pixu para que, de nuevo la capitana, batiera a Aida y pusiera la sentencia al choque. El Recasens era una fiesta.

Alexia quiso redondear el triunfo con un golazo de falta directa diez minutos después. Para frotarse los ojos. Por el gol y porque el sueño era real. El AEM tocaba el cielo. Ese cielo que es del mismo azul que la camiseta que seguirá paseando al lado de los mejores. Ese cielo que ayer tocó con las manos.