El fin de un sueño

Al Lleida Esportiu se le apareció en pantalla el nunca deseado “Game Over” tras la nueva derrota (la cuarta en los últimos cinco partidos) en el Nou Estadi de Tarragona ante un pragmático Nàstic, que se limitó a aprovechar el marcar su gol en el primer minuto de juego y luego dedicarse a que pasasen las menores cosas posibles. Fue un partido trabado, áspero en ocasiones; con muy pocos remates a portería y demasiadas faltas (38 en total) y con una exhibición de cómo dejar ir brazos y codos en los balones divididos.

Con esta derrota, el Lleida se despide, aunque matemáticamente aún no lo es, de su sueño de acabar entre las tres primeras plazas del grupo que dan opción al ascenso a Segunda B y, como mal menor, asegurar la presencia en la nueva Segunda B Pro (a falta del patrocinador definitivo). A los de Molo no les queda otra que apretar los puños y conseguir colocarse en la fase intermedia (ahora mismo Hércules, Peña Deportiva, La Nucía y Atzeneta, serían sus rivales) con la nueva categoría como premio y permanecer en la actual Segunda B, que sería el castigo ya que supone perder una categoría.

Y ojo, que el luchar por no descender a Tercera ( aún son dos categorías las perdidas con la nueva reestructuración) esta a tan solo un punto (el Lleida queda con 22 y el Hospitalet, que marca la línea, esta con 21).

Molo quiso revolucionar al equipo en el feudo del líder del subgrupo, que ha hecho del Nou Estadi un verdadero fortín, y modificó todas las líneas tras la derrota ante el Barça B. Puso a César Soriano de central; colocó a Fall por delante de la defensa y cambió a Raúl por un doble falso delantero centro con Torras y Chavero intercambiándose posiciones y con Alpha Bagayoko, que volvía a la titularidad, y Abel Molinero, por bandas.

En cualquier caso no hubo tiempo para saber si la cosa funcionaba o no. Al primer minuto de juego, córner contra el Lleida y Joan Oriol, en un excelente movimiento táctico tras provocar un enfrentamiento con Pau Torres, sale del área, descoloca a todo el entramado defensivo azul (lo de los pantalones azules pasa ya de gafe con tres derrotas en las tres veces que los han utilizado) para que marque a placer Fran Carbia en posible fuera de juego.