Más dinero, exigencia en infraestructuras y un aval en la Primera RFEF

El presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, y el de la Catalana, Joan Soteras, explicaron ayer a los clubes, entre ellos el Lleida Esportiu (representado por el presidente y el director deportivo, Albert y Jordi Esteve), el sistema de la Primera RFEF, la nueva competición que se pondrá en marcha la temporada que viene con 40 equipos divididos en dos grupos de 20.

Ambos grupos estarán confeccionados por criterios geográficos y habrá ayudas directas para compensar los desplazamientos (unos 50.000 euros por club). Ascenderán de forma directa los campeones de grupo; lucharán por las dos plazas restantes en un play off del segundo al quinto; y descenderán a Segunda RFEF los 5 últimos. El play off se jugará en una sede única, con eliminatorias sin penaltis, ya que avanzará el mejor clasificado en la Liga regular.

Cada equipo tendrá un máximo de 24 fichas disponibles, tres de ellas para porteros y 8 sub-23

Cada equipo dispondrá de un máximo de 21 fichas para jugadores de campo y de 3 porteros. Dieciocho deberán ser profesionales y además se eleva el número de sub-23 (se pasa de seis a ocho). No habrá límite de extracomunitarios.

Asimismo, la RFEF confirmó su idea de explotar al máximo los derechos de la nueva categoría, tanto con el nombre comercial como con una venta centralizada de los derechos de TV. El equipo que no ceda sus derechos a la RFEF no recibirá estos ingresos. Habrá un férreo control económico (estar al día con Hacienda y Seguridad Social) y se exigirá un aval a cada club, que será proporcional al presupuesto. El mínimo será de 200.000 euros. Habrá que jugar en hierba natural y en la campaña 2023-24 solo podrán competir los clubes con estadios de al menos 4.000 espectadores.