Nuevo golpe moral

El ICG Força Lleida está condenado a sufrir hasta el final de temporada para salvar la categoría. Ayer en Cáceres volvió a mostrar su peor versión, a la que se ha acostumbrado lejos del Barris Nord, y perdió por un contundente 88-70 después de una horrorosa primera mitad. Calcó las sensaciones del duelo ante el Tizona y, aunque reaccionó durante el último cuarto situándose a 6 puntos de los extremeños, terminó enterrando sus opciones con un parcial de 19-7 en una nueva muestra de nula concentración y hastío.

El arranque del partido tuvo ya tintes dramáticos, con solo dos puntos de Buchanan en los 3 primeros minutos, aunque Carrera y Marcus Vinicius ajustaron de nuevo el marcador para el 7-7. Un arreón de los extremeños les permitió volver a coger 5 puntos de renta, mientras que el equipo de Aranzana deambulaba por la pista, aprovechando los regalos de un Cáceres mucho más entero. La mejor noticia fue que al final del primer acto la diferencia era de 2 puntos (16-14).

El venezolano fue la única referencia y terminó anotando 23 puntos y capturando 14 rebotes

Sin tensión, los jugadores leridanos encajaron un parcial de salida en el segundo cuarto de 7-2, que se tradujo en el primer tiempo muerto de Aranzana a falta de 6:57 para el descanso. El Cáceres no tardó en alcanzar los 10 puntos de margen (28-18), en unos minutos en los que brillaron hasta los menos habituales.

El Força Lleida seguía sin saber a qué estaba jugando y a los locales comenzaron a entrarle los tiros exteriores. La diferencia se disparó hasta los 15 puntos con el 39-24 de Del Águila.

Aranzana no entendía nada de lo que ocurría y volvió a detener el encuentro a 2:34 del descanso. No hubo la reacción esperada.

Al contrario. Un triple de Ventura aumentó a 18 puntos el margen de los locales.

Un triple de Feliu sobre la bocina maquilló el resultado tras una primera mitad terrorífica (46-31)..

Tocaba volver a remar a contracorriente, como en Burgos en el último desplazamiento. Pero el Força Lleida lo intentó con más corazón que cabeza durante el tercer cuarto, en el que los locales se fueron hasta los 19 puntos de diferencia (54-35). Solo Carrera se salvó de la quema. El venezolano fue sumando poco a poco, con sus habituales acciones individuales e incluso dio la sensación de que los leridanos aún no habían dicho la última palabra. Sin embargo, después del 61-48 de Bulic, los árbitros se inventaron dos tiros libres que Etxeguren transformó en los 13 puntos de margen con los que el Cáceres entró en el último cuarto.

Fue entonces cuando el Força Lleida se acordó de jugar a baloncesto. Mayor fluidez y siempre buscando a un Carrera imperial, que rebajó la diferencia hasta los 8 puntos (65-57) tras un triple.

Tiempo muerto de Roberto Blanco a 7:29 del final y reacción cacereña, devolviendo el golpe y elevando la diferencia hasta los 10 puntos (69-59) a poco más de 5 minutos para que terminara el encuentro. Pero el Força Lleida se estaba encontrando cómodo.

Carrera y Polanco, con 4 puntos seguidos dieron esperanza. En una transformación increíble, los leridanos se habían situado a solo 6 puntos (69-63).

Pero volvieron a aparecer las dudas, los errores y el miedo a ganar. Además, Schmidt se cobró su particular venganza del partido de la primera vuelta desde la línea exterior.

Parcial de los locales de 5-0 y otra vez a remar, aunque esta vez con 3:20 por delante y 11 puntos de desventaja (74-63)..

Carrera siguió a lo suyo, pero se encontró completamente solo. Mientras, Schmidt castigó una y otra vez el aro contrario para desesperación de Aranzana, que vio como su equipo encajaba un parcial de 13-3 en el tramo decisivo y enterraba sus escasas opciones (82-66).

Nuevo tiempo muerto del técnico del Força Lleida, a la desesperada y a falta de 1:50 para el final. Si no se podía pelear por el triunfo, al menos sí por el average.

Pero ni eso. Los de naranja tiraron por la borda todo su trabajo de la segunda mitad en un final de partido bochornoso.

El Cáceres se fue hasta los 21 puntos de ventaja después de un tiro libre de Usó (88-67). Buchanan tomó el camino del banquillo con su quinta falta personal aplaudiendo a los árbitros, que le perdonaron la técnica.

Kendal Manuel, sobre la bocina, dejó el definitivo 88-70..

Al ICG Força Lleida le tocará sacar adelante los dos encuentros que le restan como local (Ourense y Tizona) para asegurarse la permanencia y no jugársela en la pista del Melilla.