Adiós a un mito del Lleida

La popular My Way, la canción que convirtió en eterna Frank Sinatra y que le acompañó a Antoni Gausí en el homenaje que recibió en 2005 en el Camp d’Esports, le venía como anillo al dedo a este hombre que fue historia viva de la UE Lleida y que falleció el jueves a los 92 años. Entregó diecinueve de ellos al club en diversas etapas como futbolista, directivo y presidente. Con el adiós de esta leyenda del fútbol leridano se va también toda una época.

Antoni Gausí Subías (Lleida, 10-12-1928) fue jugador del Leridano, uno de los clubes que dio origen a la UE Lleida, con quien ascendió y jugó en Primera división en la temporada 1950-51. Fichó por el Real Madrid (1951-53) y pasó por el Celta (1953-58), Real Zaragoza (1958-60) y Levante (1960-62) para acabar su carrera regresando al Lleida (1962-63), club que presidió en dos etapas, entre 1981 y 1986 (llegando a tener secciones de baloncesto, con un jovencísimo Manel Bosch, y voleibol) y entre 1998 y 2002, cuando lo dejó “por precripción facultativa”, como recordó en su día.

«Era un caballero, un señor y todo un personaje en el sentido excepcional de la palabra. La ciudad ha perdido un referente. Tenía clase, elegancia y una bonhomía que le hacía muy especial. Era, además, muy inteligente con una trayectoria empresarial impecable».

Gausí también hizo carrera a nivel empresarial. Había cursado Magisterio y estudió Filosofía y Peritaje Industrial, pero se dedicó al sector de la construcción. Hombre elegante, amable, inteligente, como le recuerdan todos los que le conocieron, su longeva vida está repleta de anécdotas. Por ejemplo, jugó con el Madrid el día en que su equipo se enfrentó al Millonarios de Bogotá, donde un joven Alfredo Di Stéfano maravilló a los directivos blancos. Jugando ya con el Celta le tocó marcar a la Saeta Rubia y de ese partido recordaba que “ganamos 2-1 al Madrid y Di Stéfano me dijo años después que fui muy pesado defendiéndole”.

Solo jugó un partido con el Madrid en dos temporadas. No fue por falta de calidad, pese a coincidir con leyendas del madridismo, entre ellas Di Stéfano por unos meses. Gausí hacía milicias universitarias y estuvo seis meses haciendo las prácticas de alférez, lo que le restó tiempo con el equipo.

Cuando dejó el Zaragoza rechazó fichar por el Barça, ya con 30 años, y prefirió irse al Levante. Él lo justificaba así en una entrevista en SEGRE. “No fui al Barça porque sabía que allí sería uno más y en el Levante seguro que jugaría”. El fútbol fue su vida. Tanto es así que jugando en el Celta conoció a su mujer, Mely. “Lo mejor que me ha pasado en la vida fue casarme con ella. La conocí en Vigo y fue el fútbol lo que me llevó hasta allí”. Tenía cinco hijos y once nietos.

Como presidente antecedió a Mario Duran y, en su segunda etapa, sucedió a José Luis González, cambiando el accionariado que pasó de Jaume Llauradó al leridano Tatxo Benet.

El Lleida Esportiu, del que era abonado, recordó su figura y el director deportivo Jordi Esteve dijo de él en Lleida TV: “Ha sido una figura importante en la historia del Lleida. Como presidente mostrando su liderazgo e implicación y como futbolista tenía un gran talento que le llevó al Madrid. Nos ayudó mucho y nos dio consejos”.