Molo despide emocionado su segunda etapa en el Lleida y dice marcharse “con la cabeza alta y la conciencia tranquila”

Manuel Jesús Casas “Molo” volvió ayer a decir adiós “al club de mi vida”, tras cerrar su segunda etapa en el Lleida, la primera de ellas como jugador y la actual como entrenador. Después de que el lunes el presidente, Albert Esteve, anunciara la no continuidad del técnico, Molo se despidió ayer muy emocionado, en una comparecencia en la que estuvo acompañado por algunos de los jugadores de la plantilla y miembros del que ha sido su staff técnico. Molo dijo irse “con la cabeza alta y la conciencia tranquila”, porque “lo hemos dado todo”, explicó.

Antes de leer un comunicado que también colgó en su cuenta de Twitter con su agradecimiendo hacia todos, compareció acompañado del director deportivo, Jordi Esteve, que le agradeció su dedicación en estas dos temporadas. “Dejamos a Molo en el camino para que pueda seguir el suyo propio”, dijo Esteve, recordando que “Lleida es su casa y él es de nuestra familia”.

Esteve, justo el día en el que se cumplían cuatro años del fallecimiento de Emili Vicente, el primer entrenador que tuvo el Lleida Esportiu, quiso recordar “con autoexigencia y autocrítica de dónde venimos”, repasando cómo estaba el estadio en verano de 2011, cuando se hicieron cargo y un Annex “con charcos en los que había ranas” y añadió que “ahora en 2021 estamos jodidos, sí, pero orgullosos de que tenemos un Lleida con capacidad para conseguir los objetivos”.

“La verdad es que mucha suerte no hemos tenido con todas las circunstancias extradeportivas”

Molo, haciendo un repaso a sus dos temporadas como entrenador lamentó que “mucha suerte no hemos tenido con todas las circunstancias extradeportivas”, recordando que cuando estalló la pandemia, tras un 3-0 al Villarreal B y quintos en la clasificación, “había un proyecto que se vió que podía ser ganador y se truncó todo de la noche a la mañana”.

Añadió que “tras siete meses muy duros empezamos a trabajar a contrarreloj y con incertidumbre, ya que una semana antes aún se hablaba de si la Liga empezaría en enero”. Sin haber cumplido los objetivos deportivos, admitió que “tenía claro que posiblemente era mi último año” y que su paso por el Lleida como entrenador “ha sido satisfacctorio a nivel personal. Ha merecido la pena y me he sentido muy a gusto”.

Recordó que con él “han debutado 9 futbolistas Sub’23” y, tras defender la calidad de la cantera, pidio “tranquilidad” para que “la responsabilidad la cojan con naturalidad”. Comparando las dos temporadas dijo que “a nivel de resultados el primer año las sensaciones fueron mejores, pero soy mejor entrenador esta segunda temporada”.

Explicó por último por qué no saludó al público en el último partido. “Si durante una hora te insultan y te faltan al respeto, no se pueden enfadar porque al final no les salude. Siempre he dado la cara y la afición del Lleida es más grande que eso”.