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FÚTBOL PRIMERA DIVISIÓN

«Soy igual dentro y fuera del campo»

Xavier Estrada Fernández. El árbitro internacional leridano, con 12 temporadas en Primera, cuelga el silbato al alcanzar los 45 años y ahora pasará al VAR

Xavier Estrada lanza la moneda para el sorteo de campo ayer en el Bordeta-Alpicat de benjamines ante su hijo Marc, de frente.

Xavier Estrada lanza la moneda para el sorteo de campo ayer en el Bordeta-Alpicat de benjamines ante su hijo Marc, de frente.SEGRE

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El leridano Xavier Estrada Fernández (Lleida, 27-1-1976) ha colgado el silbato después de 12 temporadas en Primera división y 25 años de carrera desde que comenzó dirigiendo un Gardeny-Ponts de categoría alevín.

Pitó la final de la Copa del Rey entre Real Sociedad y Athletic, ha dirigido partidos internacionales de alto nivel, tanto de clubes como de selecciones, e incluso encuentros de Ligas de otros países. Su último partido en Primera fue el Levante-Cádiz el pasado día 21, pero el colofón íntimo y aún más emotivo lo puso ayer al pitar un Bordeta-Alpicat de benjamines con su hijo ejerciendo de capital local en el sorteo de campo y sin saber que su padre sería el árbitro. No dejará del todo el arbitraje. La próxima temporada integrará el nuevo grupo de colegiados creado específicamente para el VAR y no como ahora que alternaban el campo con el vídeo.

Lo deja tras un año muy complicado...

Sí y me encuentro perfecto para haber seguido más tiempo. Ha sido un año muy difícil, siempre he pensado que ojalá el último partido pudiera despedirme con aficionados y arropado por la familia. Y pudieron acompañarme los míos (su mujer y sus hijos) gracias al Levante que tuvo un comportamiento exquisito.

¿Llegó a soñar alguna vez que llegaría tan lejos en el arbitraje?

No. Entré con 20 años y en ningún momento me apunté pensando en llegar a Primera división. Lo hice porque tenía curiosidad por saber qué se sentía siendo árbitro. Y fue cuando me ascendieron a Tercera que veo que estoy cerca del fútbol semiprofesional y es entonces cuando me preparo más a conciencia en todos los sentidos para intentar dar el salto.

Habrá vivido de todo en su carrera. ¿Cuáles son sus mejores recuerdos?

Uno de mis mejores recuerdos es haber comenzado y terminado como yo he querido. Es decir, arbitrando un partido de fútbol base. A nivel emotivo para mí ha sido lo mejor, aunque evidentemente hay momentos importantes como el ascenso a Primera que, además, tengo que decir que la noticia me cogió en plena luna de miel. Son muchas experiencias positivas.

¿Y los peores?

Por ejemplo cuando ha peligrado mi integridad física. O también cuando mediáticamente han intentado machacarme por alguna decisión que he tomado en el terreno de juego. Cuando te empieza a pasar antes de llegar al fútbol profesional te das cuenta de que es algo que tienes que aprender a saber gestionar.

Ha sido un árbitro muy bien valorado en general.

Me comporto igual dentro del terreno de juego como fuera, pero la gente solo nos conoce a través de una pantalla y dentro del campo. Es que antes que ser árbitro o en cualquier ámbito de la vida hay que ser persona. Saber empatizar con los demás, aunque a veces no sea nada fácil, y también debes saber gestionar tus emociones y la de los otros. Agradezco que personas del ámbito del deporte y de fuera me hayan tenido en cuenta o que incluso gente del propio colectivo arbitral te vean como un referente para mejorar.

¿Cuál es para usted el perfil de árbitro ideal?

Es difícil decir una tipología de árbitro ideal. En mi opinión, lo importante es que cada uno gestione de la mejor manera los recursos que crea necesarios para afrontar las diversas situaciones que uno se encuentra en las diferentes categorías. A mí nunca me ha gustado un colegiado en concreto. Me podía gustar una cosa de uno y otra de otro. Insisto, lo más importante es mantener una personalidad propia.

Un árbitro tiene que soportar insultos, amenazas y hasta agresiones que serían intolerables en otras profesiones...

Totalmente de acuerdo. Parece que sea normal si se le hace a un árbitro.

Pienso que la gente busca una válvula de escape para desahogarse de alguna manera, pero esta desde luego no es la acertada. Mi teoría es que probablemente son personas muy infelices y ven proyectadas en otras personas lo que a ellos les gustaría ser y seguramente es una frustración que tienen por no poder cumplir sus sueños.

Es una tarea de toda la sociedad conseguir que haya un respeto en el mundo del fútbol. Mi hijo me ha comentado que no entiende por qué me insultan desde la grada y me han llegado a amenazar a mí, a mi mujer y a mis hijos a través de las redes sociales.

Pienso en compañeros que con 14 años van a arbitrar y sí, se pasa miedo. No hay seguridad.

¿Con qué se queda de su carrera?

He tenido oportunidad de pitar la final de Copa, partidos de Champions y Europa League, de la Nations League, de clasificación para Mundial y Eurocopa, una final sub-19, torneos sub-21... La experiencia ha sido muy dilatada en 8 años como árbitro internacional, además de hacer de cuarto árbitro o árbitro VAR. Pero yo me quedaría con el trabajo hecho para llegar a donde he llegado.

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