“En Islandia nos valoran”

“La sensación de estar valorada profesionalmente es un lujo, podemos decir que somos unas privilegiadas. Nos tratan como a reinas y yo creo que aún no somos conscientes de todo lo que estamos viviendo, porque ¡es espectacular!”, explican Alexandra Taberner y Marta Sàez, que han cambiado el Pardinyes por un equipo de la Segunda división islandesa y que tiene como objetivo subir a Primera.

Hace un mes que dejaron Lleida para ir a Reydarfjordur, una ciudad a ocho horas en coche de Reykjavik, la capital de Islandia. Y juegan en el Fjardabyggd/Höttur/Leiknir, un equipo formado de la unión de tres clubes. Van segundas en la clasificación y Taberner ya es la máxima goleadora del equipo, con 6 tantos en 3 partidos y la segunda anotadora de la Liga.

Alex Taberner es la máxima goleadora de su equipo, con 6 tantos en 3 partidos y la segunda de la Liga

“Entrenamos tres o cuatro días por semana, una hora y media y los días que no hay entrenamiento tenemos un gimnasio y unas piscinas de agua caliente a nuestra disposición”, explican. “Trabajamos de jardineras para el ayuntamiento de la localidad, 5 horas diarias y el club nos ha proporcionado un coche para que podamos visitar cosas, con una tarjeta con dinero para la gasolina, que nos recargan cadea mes y otra para la comida, que nos llenan también cada més. ¡Y cobramos del fútbol!”, destacan. “Es una de las mejores experiencias que hemos tenido nunca, cien por cien recomendable”, añaden.

Del país destacan que les gusta “la manera en la que valoran el deporte femenino, a la altura del masculino; los impresionantes paisajes y la tranquilidad con la que se vive aquí” y, lo que menos, “como a la mayoría de extranjeros, el tiempo... en pocos minutos puede llover, nevar, hacer viento o sol... ¡Aún no hemos podido ir ni un solo día sin anorak!”.

También están más tranquilas con la Covid. “Cuando llegamos había que llevar mascarilla pero ya hace unos días que no se lleva en ningún sitio”, explican. También admiten que les ha costado adaptarse a los horarios y que echan de menos “además de la familia, estar en una terraza con los amigos o la paella junto al mar. Pero ya somos dos islandesas más”, concluyen.