BALONCESTO ACB
El Barça, a una victoria del título
La exhibición ofensiva de un Cory Higgins letal tras el descanso permitió al Barça anotarse el primer punto de la final de la Liga Endesa (75-89) frente a un Real Madrid que, aunque dominó la primera parte, acabó cediendo el factor cancha que le deja sin margen de error y le obliga a ganar mañana en el Palau para evitar el alirón azulgrana. Al igual que ocurrió en la Copa del Rey, donde fue nombrado mejor jugador, el estadounidense, con 26 puntos y 14 sin fallo en un tercer cuarto de color azulgrana (16-29), fue determinante en la remontada que dejó sentenciado el clásico y acerca a su equipo a una Liga que se le resiste desde 2014.
El Madrid entró intenso, pero se quedó sin gasolina, en una rotación de más garantías en los azulgranas. Tavares, con 7 puntos y 8 rebotes, y Abalde, con mucha energía tras superar el coronavirus, fueron lo mejor del Madrid junto a su defensa en el primer cuarto. En el Barça, Pau Gasol volvía a brillar. El doble campeón de la NBA, 20 años después de su despedida de España con título ante los blancos, volvió a ser decisivo. Pau bajó algo los humos a Tavares y, del mismo modo, Higgins demostró tener el día acertado. Kuric también acudió al rescate en un primer tiempo de anotación complicada.
El Madrid amagaba con la escapada, muy dominador del rebote, pero el Barça no se dejó ir, a la espera de conectar a Mirotic. En la reanudación, los de Laso volvieron igual de bien pero el Barça rompió el partido con Higgins (14 puntos en el tercer cuarto). Mirotic también se activó y los de ‘Saras’ lograron atar el rebote para desconectar al rival. Rudy Fernández fue casi la única respuesta blanca. El balear estuvo en todas, también en la protesta que llevó al Barça a disfrutar de varias técnicas desde el tiro libre. Taylor, descalificado, o Garuba, en cinco faltas, enseñaron también esa frustración con los azulgranas escapados.
Davies rubricó el triunfo en el último cuarto, sacando músculo como hizo un Barça que, pese al desgaste que parecía traer desde la derrota en la final de la Euroliga o en estos play off, demostró que tiene aún fuerzas y hambre de título. Mañana puede levantar el doblete, tras la Copa del Rey, un Barça que no gana la Liga desde 2014.