El Llista hace historia

El Lleida Llista escribió ayer su nombre con letras de oro en la historia de la segunda competición europea de hockey sobre patines. Nunca antes, en los 40 años de vida del torneo (comenzó en la temporada 1980-1981), antes denominada Copa CERS y ahora WS Europe Cup, ningun equipo había sido capaz de encadenar más de dos títulos seguidos. Ayer, el equipo leridano rompió esa tendencia y se convirtió en el primero en ganar tres ediciones seguidas, las dos primeras en el Onze de Setembre de Lleida, en 2018 y 2019, y este año, después de anularse en 2020 por culpa del coronavirus, en Andorra la Vella.

El gerundense completó su mejor temporada con cuatro goles que le dieron la vuelta al partido

Y, además, lo hizo a lo grande, tras completar una gesta por la que muy pocos apostaban al descanso, cuando el marcador reflejaba un 0-2 y las sensaciones no eran precisamente buenas. Pero si algo tiene este Llista de Albert Folguera es fe y perseverancia, y ayer lo demostró en una segunda mitad antológica, en la que pasó por encima de un Sarzana que se quedó con la miel en los labios y sin su vendetta particular. Había perdido la anterior final ante los listados, por 6-3, y ayer volvió a hincar la rodilla ante un Llista que volvió a ser mejor. Buscó la victoria desde el primer minuto ante el juego especulativo de los italianos, dedicados a alargar las posesiones al máximo y apostándolo todo a las jugadas de su goleador, un Joan Galbas que volvió a firmar un hat-trick, ayer insuficiente.

Con casi media hora de retraso por un problema en el marcador del pabellón, el partido arrancó con el Llista poniendo cerco a la portería defendida por Corona, que ya sufrió a los listados en la final de 2019. El meta italiano ya se lució a los dos minutos para evitar el gol de Jepi Selva. Después de que los colegiados pasaran por alto un más que claro penalti del Sarzana por parar con los patines un remate leridano, llegó el primer tanto de Galbas en un disparo afortunado que se coló por debajo del cuerpo de Martí Serra.

El tanto no hizo variar el guión de los de Albert Folguera. Corona, con el casco, evitó el tanto del empate de Andreu Tomàs, y un derribo sobre Bruno Di Benedetto no fue castigado con falta directa por los árbitros, excesivamente permisivos ayer. El Llista siguió a lo suyo y Vives gozó de cuatro buenas ocasiones que no se transformaron en gol por culpa del meta italiano o de la poca puntería del gerundense, que se guardaba el recital ofensivo para la segunda mitad. Y cuando parecía que el empate estaba cerca, llegó el segundo del Sarzana en una jugada aislada. Galbas colgó suavemente la bola y esta superó a Martí Serra, que estaba muy tapado y no la vio venir.

El Llista vivió una situación crítica, ya que tuvo que afrontar los dos últimos minutos de la primera mitad en inferioridad numérica por la exclusión de Andreu. Antes, la falta directa de la infracción no la logró transformar Galbas, que esta vez lanzó desviado. Por suerte, los leridanos salieron airosos y llegaron al descanso con el 0-2.

En la reanudación la decoración cambió por completo. El Llista salió a morder desde el primer minuto ante un Sarzana muy especulativo, tanto que llegó a agotar varias posesiones con tal de que el tiempo trascurriera.

Cañellas pudo acortar distancias a los seis minutos, pero remató alto delante de Corona tras un perfecto servicio de Bruno. Fue el preludio del primer tanto de Vives.

El gerundense recogió una bola en su área y inició un contragolpe que completó con un disparo duro y seco que se coló por toda la escuadra izquierda de Corona. El tanto dejó groggy a los italianos, que se vieron totalmente superados.

Bruno, en dos ocasiones, Selva y el propio Vives tuvieron el empate en sus manos, pero les faltó puntería. El Sarzana tuvo su oportunidad a bola parada, tras una exclusión de Vives, pero Martí Serra le detuvo la falta al argentino Ipiñazar.

El Llista resistió en inferioridad durante dos minutos y poco después, Vives restablecía la igualada al transformar un penalti cometido por Corona. Fue entonces cuando el Sarzana entró en pánico y sufrió dos exclusiones consecutivas con medio minuto de diferencia, primero de Borsi y después de Di Rinaldis, que permitieron a Vives situar el 4-2 ante el delirio del centenar de aficionados leridanos que estaban en la grada.

Los italianos estaban noqueados y en pleno desconcierto, Andreu Tomàs puso la puntilla anotando el 5-2 en una gran jugada personal. Verlo para creerlo.

En apenas tres minutos el Llista había pasado de perder por 1-2 a ganar 5-2 y acariciar ya el título con los dedos. Pero el partido aún no estaba cerrado.

A seis minutos del final, una exclusión de Bruno regaló al Sarzana una falta directa que el chileno Osorio no acertó a transformar, pero Galbas, el goleador de esta Final a Siete, recortaba distancias (5-3) a dos minutos para la conclusión. La emoción aún subió unas décimas más al señalar un penalti sobre Rossi, pero Martí Serra, erigiéndose en otro de los grandes protagonistas, evitó por dos veces el lanzamiento de Galbas, cerrando así la victoria y la tercera corona europea para un Llista histórico, que iguala con tres títulos a Novara, Liceo y Barcelos.

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