Craviotto: “Ser abanderado es la cúspide, es la cima del olimpismo”
En un paso más por la paridad de género, el COI lanzó la idea de que fueran un deportista masculino y otro femenino los portadores de las banderas de los comités nacionales, y el español recogió el guante, decantándose finalmente por la nadadora badalonesa Mireia Belmonte y el palista leridano Saúl Craviotto, que ayer no escondía su orgullo. “Ser abanderado es la cúspide, es llegar a la cima del olimpismo. En estas últimas horas sientes una mezcla de alegría y nervios. Yo estoy deseando vivir ese momento y va a ser el momento más bonito de mi carrera deportiva”, explicó.
“No tengo mucha idea de cómo va a ser. No sé si es una bandera, si van a ser dos. Me recoge el bus a las 8 de la mañana y tengo siete horas de viaje a Tokio y siete de vuelta al día siguiente, pero estoy deseando que llegue”, dijo desde Kyotango, donde está concentrada. Mireia Belmonte, que llegó el miércoles de Barcelona y está aún “en fase de acomodación” al horario japonés, indicó desde la Villa Olímpica que ser abanderada es el último sueño, tras cumplir en Pekín el de ser olímpica, en Londres el de ganar medallas y en Río el de obtener un oro. “Lo siento como un orgullo, aún más siendo la tercera mujer en toda la historia de los Juegos de verano que lleve esta bandera, y también una recompensa”