Primer oro y Carreño, bronce

La delegación española logró ayer su primer oro en los Juegos de Tokio gracias a los tiradores Fátima Gálvez y Alberto Fernández, el mismo día en que el tenista Pablo Carreño hizo historia consiguiendo un sufrido bronce ante el número uno mundial, Novak Djokovic, al que derrotó por 6-4 y 6-7 (6) y 6-3, elevando a cinco las preseas de España en estos Juegos.

El primer oro del deporte español se hizo esperar y terminó por llegar en una emocionante final en la prueba de tiro en foso por equipos mixtos, donde Gálvez y Fernández se impusieron a la pareja de San Marino.

El madrileño y la andaluza ya tenían el metal asegurado después de acceder a la final de manera brillante. Alessandra Perilli y Gian Marco Berti eran el último obstáculo y, con máxima tensión, la dupla española logró el título, el primero que logra España en este deporte tras 17 años, sumándose a las que lograron Ángel León (plata en pistola 50 metros en Helsinki’52), Jorge Guardiola (bronce en foso olímpico en Seúl’88) y María Quintanal (plata en foso olímpico en Atenas’04).

Fátima comenzó más desacertada la final y se le escaparon los tres primeros platos. Albe, después de un 75 de 75 en la fase de clasificación, fue un seguro de vida y solo falló un plato de sus 25 en la lucha por el oro. En la pareja de San Marino, Berti fue quien se dejó más fallos y Perilli, bronce individual, el primer metal de su país en unos Juegos, tiró del carro.

A tres platos para terminar, Fátima cedió la ventaja que tenía España, pero Berti volvió a dar la delantera a los españoles a continuación. La andaluza tuvo el tiro de la sentencia, pero dejó con vida a los de San Marino. Ahí, el entrenador rival decidió dar indicaciones a su tirador y este falló de nuevo dejando el oro para España.

La pareja española se desquitó de sus eliminaciones individuales el jueves con una actuación brillante desde la ronda anterior, en la que llegaron a la final con los mismos 148 platos, solo dos errores, que San Marino. Tanto para Alberto como para Fátima, dos campeones del mundo, supone la primera medalla olímpica, más especial aún para la andaluza, que fue quinta en Londres 2012 y cuarta en Rio 2016. Los dos coincidieron que el oro de ayer “era un sueño hecho realidad”.

La medalla de Carreño es la decimotercera de España en unos Juegos, con 2 oros, 7 platas y 4 bronces

Pocas después era Pablo Carreño el que subía al podio olímpico, en su caso al tercer cajón, un bronce que sabía a oro por el rival que tenía enfrente, Novak Djokovic. Es la decimotercera medalla para el tenis español en unos Juegos, en los que ha conseguido 2 oros, los de Rafa Nadal en Pekin 2008 y la dubla Nadal-Marc López en Río 2016, siete platas y cuatro bronces, contando el de ayer. Fue un duelo de titanes de casi tres horas, y con un desenlace épico.

Carreño subió al podio en la sexta pelota de partido frente a un Djokovic desquiciado, extenuado y rumiante aún de la pérdida de ser el primer tenista de la historia en lograr el ‘Golden Grand Slam’, un hito con el que adornar los 20 ‘grandes’ títulos de su palmarés. En cambio, Carreño se mostró sólido y agresivo.

Le bastó con un ‘break’ en el sexto juego con un ‘globo’ para sentenciar el primer parcial frente a un rival que aún no había encajado la derrota contra el alemán Alexander Zverev.

El asturiano volvió a exhibir el tenis sólido que no le dejó el ruso Khachanov en la segunda manga para neutralizar la reacción de ‘Nole’. Sin ninguna opción de ‘break’ para ninguno, Djokovic sacó su orgullo para salvar una pelota de partido con 5-4 y ganar el juego de desempate (8-6). El guion parecía escrito para una remontada del número uno mundial, pero no fue así.

Djokovic maldecía sus errores, lanzó su raqueta y la estrelló contra uno de los postes de la red para acabar claudicando. El asturiano logró el ‘break’ en el segundo juego, lo consolidó en el siguiente y con 3-0 encaminó su ascenso al podio. El laurel olímpico se hizo esperar.

Con 5-3 y servicio, Carreño tuvo que recurrir a varios puntos directos y recuperar su mejor versión para ascender al cajón de Tokio 2020 en el sexto ‘match point’. Pudo pensar que una mala tarde ante Khachanov le apartó de un oro que se había ganado a pulso.

A cambio colgó del cuello un bronce ‘dorado’ en su mejor partido. “Estoy en una nube. Ganar al número uno es muy duro, pero después de perder el segundo set pensaba que no podía más. Pero he podido. Esto es increíble”, señaló un exultante Pablo Carreño.

Djokovic ‘enloquece’, tira una raqueta a la grada y destroza otra

Una de las imágenes de estos Juegos será, sin duda, la de Novak Djokovic desquiciado lanzando su raqueta al tercer anfiteatro de la pista central tras ceder el primer juego del tercer set, y destrozando poco después otra contra el poste de la red al ver que Carreño se ponía 3-0. El gesto le valió un segundo aviso por parte del árbitro que, para la sorpresa del español y su equipo, no sancionó al serbio.

“¿Qué quieres que te diga? Es algo que pasa en el fragor de la batalla, no está bien, por supuesto, pero soy así. Hago estas cosas, pido perdón por el mensaje que transmiten. Pero todos somos seres humanos. A veces es difícil controlarse”, explicó después el serbio, que dejó a su compañera en el doble mixto, Nina Stojanovic, sin la posibilidad de luchar por el bronce al renunciar por un problema físico.