Laurel Hubbard, la primera atleta trans en disputar unas Olimpiadas
Ayer fue eliminada de la prueba de más de 87 kg, pero ha dejado una huella que quedará marcada en la historia de los Juegos
Laurel Hubbard es la primera atleta transgénero que participa en unas Olimpiadas gracias a las nuevas reglas aprobadas por el Comité Olímpico Internacional (COI). Tiene 43 años, es neozelandesa y ha competido en los Juegos de Tokio en la disciplina halterofilia, el levantamiento de peso. Para hacerlo tuvo que cumplir con los criterios físicos que exige la Federación Internacional de Halterofilia y el Comité Olímpico Internacional, y también lindar muchas acusaciones de ventaja a causa de sus condiciones físicas por haber nacido en el cuerpo de un hombre.
Ayer fue eliminada de la prueba de más de 87 kg de mujeres, intentó levantar 120 kg y 125 kg, pero no pudo, sumando 3 nulos. En consecuencia la neozelandesa quedó descalificada automáticamente sin llegar a realizar la prueba de dos tiempos. Sin embargo, se mostró "profundamente agradecida" por la oportunidad y todo el amor de sus seguidores, a pesar de "no haber cumplido con los estándares que me había impuesto ni los que se esperaba mi país". También se mostró muy emocionada y agradecida "por el compromiso del COI al demostrar que el deporte es para todos, y es inclusivo, y eso es fabuloso".
Laurel Habbard: "Estoy muy agradecida al compromiso del COI para demostrar que el deporte es para todos y es inclusivo"
Las directrices del COI publicadas en noviembre de 2015 señalan que los deportistas que hacen la transición de hombre a mujer pueden competir en la categoría femenina sin necesidad de cirugía de los genitales, siempre que el nivel de testosterona se mantenga bajo unos límites. Sin embargo, el hecho de dejarla competer en los Juegos confrontó diferentes opiniones: los que lo ven como un gran paso para los atletas transexuales, y una gran oportunidad; y los que lo ven como una ventaja "injusta", que los beneficia.
Su trayectoria, llena de obstáculos
Su participación en cada una de las competiciones anteriores ya estuvo llena de controversia. Durante toda su trayectoria ha recibido varias veces críticas de sus rivales y varias federaciones han intentado impedir que pudiera competir alegando su aventaja física, ya que, según ellos, en esta disciplina la fuerza es muy importante.
Empezó a practicar este deporte desde joven, cuando todavía se llamaba Gavin, en diferentes entrevistas ha asegurado que lo hacía para "sentirse más masculina". A los 23 años dejó las pesas en categoría masculina, donde ya tenía varios récords juveniles (categoría de +150 kg) y no volvió a este deporte y a la competición hasta pasados los 30, cuando ya había hecho la transición que la convertía en una mujer. Se proclamó campeona en Oceanía en 2017 (+90 kg) y en 2019 (+87 kg) y también consiguió la medalla de plata en el Mundial de 2017. Además, hace dos años ganó el oro en los Juegos del Pacífico y registró la sexta mejor marca en Pattaya (Tailandia). Ahora en Tokio, no ha podido obtener ninguna medalla, pero ha dejado una huella que quedará marcada en la historia de los Juegos.