A semifinales con récord

El K4 500 de Saúl Craviotto, Marcus Cooper Walz, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade selló la madrugada del jueves al viernes la clasificación directa para semifinales en los Juegos de Tokio con un récord olímpico que reafirma las expectativas de la embarcación, con la que el palista leridano puede conseguir su quinta medalla.

Los palistas estatales, que llevan días insistiendo en que el K4 es su verdadera apuesta para estos Juegos, protagonizaron una arrolladora regata en el canal Sea Forest de la capital japonesa, en la que terminaron con un tiempo de 1:21.658, estableciendo un nuevo mejor registro olímpico. El K4 de Craviotto salió en cabeza y retuvo esta posición a pesar de la férrea competencia del equipo eslovaco, que terminó a 149 milésimas, asegurándose el segundo pase a ‘semis’ de la serie.

La embarcación tenía previsto afrontar las semifinales y la final esta pasada madrugada

Canadá, el equipo del Comité Olímpico Ruso y Hungría no lograron la clasificación directa y se vieron abocados a la repesca, en la que solo fue eliminado el K4 japonés.

El K4 español tenía previsto afrontar las semifinales esta pasada madrugada y, en el caso de quedar entre las cuatro mejores embarcaciones, la final por las medallas. En la segunda de las semifinales programadas, Saúl Craviotto, Marcus Cooper Walz, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade debían enfrentarse de nuevo a los equipos de Canadá, Hungría, además de a Australia y Portugal.

Los alemanes Max Rendschmidt, Ronald Rauhe, Tom Liebscher y Max Lemke, avanzaron también como primeros de su serie y suponen una de sus mayores amenazas de cara al podio. En la otra semifinal, Alemania tenía que enfrentarse esta pasada madrugada a Rusia, Bielorrusia, Eslovaquia y China.

Saúl Craviotto aspira a lograr su quinta medalla en unos JJOO después del oro en Pekín 2008 y Río 2016, en el K2 500 metros y el K2 200 metros, respectivamente; la plata de Londres 2012 en K1 200 y el bronce de 2016 en la misma especialidad. La madrugada del miércoles al jueves, el leridano consiguió el diploma olímpico en el K1 200 después de terminar séptimo. Sin embargo, todas sus expectativas en Tokio pasan por el K4 500, que ha preparado durante los últimos años.

“No sabemos cómo han competido ellos ni ellos cómo lo hemos hecho nosotros”, dijo Craviotto tras la regata. El leridano se mostró convencido de poder presentar batalla, pero llamó a no confiarse del buen inicio. “No se pueden tirar cohetes porque esto es una eliminatoria y no se han enseñado las armas”, advirtió.

Los piragüistas del K4 se veían ayer en buen estado para afrontar el reto que tenían por delante y las duras condiciones climáticas en la capital nipona, donde las altas temperaturas y la humedad extrema han pasado factura a numerosos deportistas. “Menos mal que pudimos venir con tiempo”, afirmó Craviotto, que explicó que el K4 llegó a Japón muchos días antes de la inauguración al ser él uno de los abanderados. Estuvieron en Kyotango, una localidad portuaria del oeste del país, donde “la temperatura es idéntica a esta y tiene agua salada”. “La verdad es que no he notado mucha fatiga del K1 200. Por la tarde sí que me dio un poco el bajón, pero luego fui al fisio, estuve en la ‘nevera’ metido con el aire acondicionado a 20 grados. La habitación estaba congelada y me recuperé”, subrayó Craviotto.

El cuarteto destaca la dureza del ciclo olímpico

El gallego Carlos Arévalo, compañero de Saúl Craviotto en el K4, destacó que han venido a Tokio a “pelear por una medalla olímpica” y que para ello “hay que entrenar mucho, mucho, mucho... Hay que sufrir y aguantarse, sacarlo para delante como se pueda. Tú no coges a los mejores de cada prueba en el barco, los metes así por arte de magia y a correr. Un barco de equipo se tiene que trabajar, tiene que ir acoplado y tiene que ser así”, añadió el de Betanzos.

Para el gallego, estar en Tokio “es un sueño que he cumplido. Poder pelear entre los mejores del mundo por una final olímpica junto a un amigo, junto a otro amigo, junto a todos mis compañeros, junto a las personas que llevas admirando desde pequeño es todo un logro”, añadió.

Por su parte, Marcus Cooper Walz dejó claro que la presión por conseguir una medalla en Tokio ya se la ponen ellos mismos. “Sabemos que el éxito va a ser que hagamos la mejor regata que podamos hacer. “Que sea una buena prueba y que el resultado sea el que nos merecemos”, afirmó el campeón olímpico en el K-1 1.000 de Río 2016.