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FÚTBOL SOLIDARIDAD

Un entrenador leridano regala botas y pelotas para niños de África

Un grupo de niños marfileños, con sus técnicos, posan con ropa y balones llegados desde Mollerussa.

Un grupo de niños marfileños, con sus técnicos, posan con ropa y balones llegados desde Mollerussa.SEGRE

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Remi es un niño de 12 años que juega a fútbol en una de las polvorientas calles de los barrios pobres de Abidján, la capital de Costa de Marfil.

Y lo hace con una camiseta y un balón que le han llegado desde Mollerussa. Él es uno de los 56 niños y niñas de entre 8 y 16 años a los que Adrià Gabernet, actual coordinador del Club Futbol Joventut Mollerussa, ha regalado material y ropa de fútbol.

Lo ha hecho a nivel personal a raíz de que tuvo que cerrar por culpa de la pandemia la empresa Talent Esports –que es la inscripción que figura en las camisetas de estos niños marfileños con pocos recursos–, que se dedicaba a organizar campus y estades deportivas en las fechas de descanso escolar como la Semana Santa y los meses de verano.

“Tenía bastante material y un excompañero de fútbol, Ibra Sylla, me dijo que iba a Costa de Marfil a ver a su familia y que, además, era presidente de un equipo de fútbol de barrio. Tras comentarlo no me lo pensé y decidí donar balones, botas, equipaciones, petos, conos, camisetas técnicas, en fin, todo el material y ropa de que disponía para que esos niños y niñas pudiesen disfrutar de algo a lo que no pueden acceder”, explica Gabernet.

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Solo le pidió a su amigo que a cambio le enviase una foto de recuerdo de los niños posando con el material y la ropa que les había regalado (es la que ilustra el artículo). “Ellos son felices jugando al fútbol en condiciones que aquí no nos podemos imaginar donde tenemos instalaciones de primer nivel. Forman equipos por barrios y no compiten. Solo van a pasárselo bien. Las categorías no las cuentan por edades sino por los kilos que pesa cada niño”, continúa explicando Adrià Gabernet.

Habló con un excompañero y decidió la donación tras tener que cerrar su empresa de campus por la Covid

Su amigo Ibra Sylla, que ha jugado en varios equipos leridanos, le contó lo que para ellos fue como un regalo caído del cielo y donde muchas veces el futuro pasa por un balón. “Allí, según me dijo, el sueño y el objetivo de los niños es poder jugar fuera del país y llegar a la selección. Es su manera de llegar a alcanzar una mejor calidad de vida”, afirma Gabernet.

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