“Hemos sabido sacar el partido”

Tras el triunfo, el entrenador debutante, Òscar Cobacho, destacó que su equipo supo “sufrir” para buscar los tres puntos en la recta final del encuentro: “La entrega del equipo ha sido bestial en la primera parte, en la segunda nos ha costado más pero hemos sabido sufrir y sacarlo cuando más cuesta arriba estaba”. Destacó que “en la primera parte hemos sido superiores y se ha quedado corto marcar un solo gol y, en la segunda, ha sido lo contrario. Ellas se han crecido y, cuando estaban mejor pero siendo imprecisas, hemos marcado el 2-1”.

Y añadió: “Se trata de rentabilizar los momentos positivos”. Más allá del encuentro, Cobacho afirmó que “falta rodaje y es normal no mantener un alto nivel todo el partido”. Por su parte, la capitana y goleadora Pixu destacó que “siempre es bueno empezar con buen pie.

Hemos sufrido mucho, el final de la segunda parte ha sido de locos y hemos tenido suerte porque los palos nos han salvado”.. La primera impresión siempre es importante. En un espacio corto de tiempo, mostramos más de lo que imaginamos a quien tenemos delante: apariencia, gestos e incluso modales. La primera impresión del AEM en la nueva temporada fue muy buena: la de un equipo capacitado para sufrir, ser resolutivo y solvente incluso sin llevar la iniciativa –algo que ayer ocurrió en ciertas fases– y, sobre todo, sonriente.

Y no es para menos, porque debutar con victoria y hacerlo contra el máximo exponente de una de las mejores canteras del Estado –algo que no consiguió la temporada pasada ni en Lezama ni en el Recasens– es algo que hay que celebrar en una Liga que, por su formato de competición, va a dar pocos respiros.. La primera sonrisa, no se podía saber, fue la de Pixu, la encargada de adelantar al AEM superada la primera media hora de juego. La eterna capitana midió muy bien los tiempos para cazar un pase al hueco de Andrea y batir por bajo a Paula, que tocó el balón pero no pudo evitar que entrara. Y la sonrisa de Pixu fue la de la poblada grada del Recasens, que se había quedado con las ganas de celebrar el gol de las suyas después de que, minutos antes, el larguero evitara el gol en un disparo de Alexia.

El tanto se llevó los complejos del Athletic B, que empezó a controlar el juego hasta que, al filo del descanso, consiguió el empate a balón parado, la amenaza que más había exhibido hasta el momento ante los dominios de Mireya. Fue una acción confusa y en la que la guardameta leridana reclamó falta dentro del área. Jani se lanzó para intentar evitar el gol, pero el remate de Marina Artero a la falta colgada en vertical por Pinedo ya había traspasado la línea de gol.

Con el jarro de agua fría se llegó al descanso y, tras el parón, la igualdad entre leridanas y bilbaínas fue más palpable que nunca, aunque el Athletic B fue el que más cerca estuvo de ponerse por delante, primero en el remate de un córner que Andrea salvó sobre la línea y, luego en un disparo a bocajarro que hizo lucirse a Mireya. El AEM supo sufrir en esta fase y, pese al cansancio, intentó sacar provecho de su verticalidad. Pixu rozó el tanto tras rematar de primeras un gran centro de Alexia.

No fue en esta ocasión, pero la conexión entre las dos delanteras, las máximas goleadoras de la pretemporada, acabó resultando exitosa pocos minutos después. Con el partido roto, Pixu pudo plantarse en el área y disparar con la potencia suficiente para impedir que Esteban blocara el balón. Y Alexia sacó brillo a una de las más relucientes de entre el elenco de sus virtudes, la colocación en el área, para cazar el rechace y dar los tres puntos al AEM.

También es cierto que hubo que sufrir para amarrarlos, y ahí apareció Iris para salvar un gol hecho de Urzainqui interponiéndose en el remate en el área pequeña de la delantera vasca. Luego, el poste evitó también el gol casi hecho de Zubieta, que aprovechó un mal despeje de la zaga azul en la última jugada del partido. A veces, la línea entre el éxito y el fracaso es prácticamente invisible. La diferencia puede ir de milímetros y ayer también fue eso. Hubo suerte, pero la suerte también se persigue. Y la persiguen los equipos ganadores.