Solo un empate

El Lleida no pasó del empate (1-1) en el estreno de la nueva y exigente categoría, la Segunda RFEF. Aunque fue de menos a más y logró adelantarse en el marcador en el tramo final del partido, la inexperiencia del jovencísimo equipo que sacó Gabri en el Camp d’Esports, hizo que acabase encajando el gol del empate en el minuto 96, tras jugar 23 minutos en superioridad numérica al quedarse el Prat con un jugador menos por expulsión de Adri Diaz (67’), al ver su segunda tarjeta amarilla.

Gabri volvió a apostar por tres centrales –Roger Figueras, Yasser y Pereira–, para presionar en el centro del campo con los carrileros Diego y Neeskens, muy adelantados, abriendo el campo por las bandas.

Sin embargo el control del balón, sacándolo jugado siempre desde atrás, no resultó práctico ante un Prat muy defensivo, pero con unas contras letales. De hecho, el Lleida fue incapaz de rematar ni una sola vez entre los tres palos durante los primeros 45 minutos y sus dos únicos lanzamientos, a cargo de Moha (16’) y de Colau (25’), se perdieron por encima del larguero de la portería defendida por el leridano Craviotto.

En cambio, el Prat puso el miedo en el cuerpo del cerca del millar de espectadores que acudieron al Camp d’Esports –y que como en el trofeo Emili Vicente no dejaron de animar al equipo en todo momento–, con un remate al larguero a cargo de Escoruela en el primer minuto de partido y, en el minuto de añadido de la primera mitad, Neeskens sacó bajo palos un buen remate de Padilla, con el debutante Ramon Vila, que dejó buenas sensaciones bajo palos, ya batido.

El Prat envió un balón al larguero y Neeskens evitó el gol bajo palos con Ramon Vila batido, con el 0-0

La segunda mitad fue diferente. El Lleida salió más entonado y Moha, que ya había sido de lo mejor del primer tiempo, se entonó aún más rompiendo por banda y buscando siempre la portería rival. Toni Vicente movió más y mejor el balón y este comenzó a rondar el área rival de una manera mucho más clara que hasta entonces. Roger Figueras (52’), sumado al ataque, envió el balón alto y Toni Vicente (62’), obligó a Craviotto a detener el primer balón que envió el Esportiu entre los tres palos. Después de tres córners consecutivos contra el Prat, Yasser tuvo el gol, pero su remate también se marchó por encima del larguero. El Prat, que cada vez se acercaba menos a los dominios de Ramon Vila, acabó encontrando espacios, curiosamente al quedarse con diez (67’).

Viéndose con superioridad numérica, el Lleida se fue arriba con todo y acabó asumiendo riesgos en defensa. Precisamente, en una contra velocísima, Rivas (74’), que acababa de entrar en el campo, se plantó solo ante el portero leridano, pero cruzó en exceso el balón. Cinco minutos después tuvo otra clarísima ocasión a cargo de Grasa (79’), que falló un gol cantado a puerta vacía. Pero los ataques locales iban a obtener su recompensa poco después.

Toni Vicente habilitó a Monterde, que desbordó por banda, y su centro desde la línea de fondo y al segundo palo, fue rematado desde cerca, por Lamin (1-0, 83’). El partido parecía sentenciado y más cuando se entró en el añadido, con seis minutos decretados por el colegiado –los nueve cambios más el tiempo de hidratación– en los que el Lleida, quizás por su juventud y su inexperiencia, siguió atacando sin resguardarse atrás.

Tuvo, eso sí, sus ocasiones con un excelente remate de Sanku Jabbie (91’) al que respondió Craviotto con la parada del partido y Mejía (94’) remató alto en una clara ocasión, pero el Prat tampoco se rendía.

Ramon Vila tuvo que lucirse en un ajustado remate al palo corto de Rivas (92’) antes de encajar el gol del empate (1-1), que cayó como un mazazo en el equipo y en la afición. Moha inició una contra, cortada en falta en la zona de medios del Prat, pero el árbitro, Borja Munárriz, no la señaló.

Con el Lleida adelantado, Rivas recibió un balón alto en diagonal, hizo un control de espuela, inusual en la categoría, lo que le permitió ganar unos metros a su defensor, entrar en el área y superar a Vila en su desesperada salida. Solo hubo tiempo para sacar de centro. La victoria que ya se celebraba acabó derivando en un empate.