RUGBY REPORTAJE
Jugar a rugby con 62 años
Alfredo Joven, detrás del jugador que lleva el balón, durante el partido en el que regresó.
En 1984, el profesor de Inefc Lleida Alfredo Joven traía el rugby a Lleida.
Lo que más le atraía era el ambiente que se respiraba, tanto dentro como fuera del campo. Ahora, con 62 años, ha regresado como jugador tras colgar las botas a los 45.
Fue jugador de este deporte durante 25 temporadas, pero su vinculación con el balón ovalado va mucho más allá.
Además de ser uno de los fundadores del único equipo de rugby que sigue existiendo en Lleida, el Inef Lleida Rugby, es profesor de la Escuela Nacional de entrenadores de la Federación Española y fue seleccionador estatal sub-19, así como director técnico y seleccionador de la federación catalana. Esta le encargó en 2018, junto a otro impulsor del rugby en Lleida David Carreras, elaborar un plan estratégico de este deporte.
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Experiencia le sobra porque es profesor de rugby en el Inefc y responsable del programa de captación de jugadores y jugadoras y desarrollo de la base del Inef Lleida Rugby. Es, además, uno de los entrenadores de los equipos sénior.
En 1984 trajo este deporte a Lleida, al que le ha dedicado toda una vida en diversos cargos y funciones
El pasado domingo, tras jugar con el sénior B y ganar al Gripaus de Girona por 17-37, escribió una emotiva carta que el club ha difundido por las redes. “Diecisiete años después de la última vez (2003-04) vuelvo a limpiar las botas la noche anterior, las engraso, preparo la ropa, reviso con mimo los cordones, compruebo los tacos y...los recuerdos me invaden de emoción”, comienza el escrito en el que recuerda “un rugbyman o rugbywoman lo es para siempre, salvo que se autoimponga dejar de serlo. No es necesario jugar siempre, no, aunque no negaré que eso es lo más fantástico”.
Según Joven, “seguramente he hecho una tontería, una insensatez, una locura, pero eso ya lo oía cuando empecé a jugar y pude hacerlo durante 25 temporadas de sénior y no me arrepiento”.
Se da la circunstancia de que toda la familia está enganchada al rugby. Su hijo Pol (que ganó el sábado al CEU por 8 a 30) juega en el sénior A y su pareja Eloísa Lorente, también jugó.
