FÚTBOL BASE
“No recuerdo nada”
El portero juvenil del Balàfia, que sufrió el domingo un traumatismo craneal, ya está en casa || Acudió ayer a visitar a sus compañeros en el entrenamiento
El guardameta de la UE Balàfia, Florin Madalin Oltean, fue dado de alta ayer del Hospital Arnau de Vilanova, donde permanecía en observación, tras dar un gran susto el pasado domingo, en un partido de categoría juvenil ante la Escola de Futbol Tremp, cuando tuvo un fuerte choque con un jugador visitante. El portero sufrió un traumatismo craneal a consecuencia del cual se le obstruyó la vía aérea (lo que se conoce metafóricamente como tragarse la lengua) y permaneció durante unos minutos inconsciente. Tras conseguir reanimarlo, fue evacuado en ambulancia y sometido a varias pruebas, entre ellas un TAC.
“Por suerte, todo ha quedado en un susto, las pruebas han dado negativo y me encuentro bien”, dijo Florin a este diario, al tiempo que admitió que “no recuerdo nada de lo que pasó. Solo me acuerdo que salté a despejar un balón y me desperté en la ambulancia cuando me pusieron un collarín. Me han contado que me enredé con sus pies (del jugador rival), me di un cabezazo y caí al suelo.
Me intenté levantar y me volví a caer”, explicó. “Estoy muy agradecido a toda la gente que me ayudó, a mis compañeros y a mi entrenador. Si no hubiera sido por ellos ahora no lo estaría contando”, señaló el joven jugador de 16 años.Alumno de primero de bachillerato en el Màrius Torres, hacía solo unas semanas que estaba en el Balàfia tras haber dejado el fútbol durante un año.
Dice que por él ya hubiese vuelto ayer a entrenar, pero el médico le recomendó que espere y que si sigue encontrándose bien como hasta ahora, regresa con el equipo este jueves. “Tengo golpes en la cabeza, la barbilla, cerca del ojo y en la rodilla, pero estoy bien. Mis padres han sufrido mucho, pero gracias a Dios está todo bien”, dijo Florin.Su madre, Flor, explicó que ni ella ni su marido habían ido al partido, por lo que se enteraron cuando ya lo había evacuado la ambulancia.
“Vinieron unos compañeros suyos a casa a decirme que no me alarmase, pero la verdad es que se me echó el mundo encima”, admitió.