DEPORTES
El Lleida Esportiu se hunde
Los aficionados del Lleida ocupan el palco en el descanso y saltan al césped tras el partido para abrazar a los jugadores || La plantilla, con el partido comenzado, se volvió a plantar y antes del encuentro participó en una manifestación conjunta con la base
El Lleida actúa como un club en descomposición. El partido contra el Terrassa pasó a un segundo plano en una nueva jornada indigna del centenario Camp d’Esports, marcada por las protestas, el descontrol y una dejadez desde la entidad que fue palpable en todos los ámbitos, incluso cuando, al saltar al césped los jugadores, no sonó el himno, algo que no recuerdan ni los más veteranos. Las reivindicaciones y protestas en contra de los propietarios del club empezaron ya hora y media antes del partido cuando, todavía vestidos de calle, los jugadores del primer equipo se manifestaron, ante los accesos al estadio, junto a una cincuentena de padres del fútbol base acompañados de sus hijos.
Los manifestantes desplegaron pancartas reivindicando que “Amb la il·lusió dels nens no es juga”, después de suspenderse hasta tres partidos de la base porque la Federación no designa árbitros, a causa de impagos reiterados del club a los colegiados. A continuación, los jugadores de la base formaron una barrera ante el acceso de la puerta 1 (la más cercana a Fleming) para impedir el acceso de los aficionados, en protesta porque se les impedía entrar en el recinto con la excusa de que no estaban acreditados. También bloquearon la única taquilla abierta, que acabó cerrando.
Esto provocó problemas a los seguidores del Terrassa, aficionados locales y familiares de los jugadores del primer equipo. Una vez se les permitió acceder, los futbolistas de la base desplegaron las pancartas que, en el descanso, exhibieron también en el centro del campo, dejándolas posteriormente ahí y abandonando el Camp d’Esports, teniendo que ser retiradas por los jugadores del Lleida y del Terrasa, entre aplausos del público. Tras el silbato inicial, los once jugadores azules fueron a la banda y, durante un minuto, se colocaron en fila junto con los suplentes mirando al palco, completamente vacío una semana más.
Pero la más contundente de las protestas aún estaba por llegar. Tras un primer tiempo con los cánticos ya habituales “Lleida, sí, Esteve no” y “fora mafiosos del Camp d’Esports”, en el descanso, un sector de aficionados del Gol Nord cruzaron por el césped hasta la tribuna, para ocupar de forma pacífica el palco, que abandonaron pocos minutos después.Nada más finalizar el encuentro, los espectadores volvieron a saltar al campo para ir al encuentro de los jugadores, que se dirigían ya hacía la gradería, para abrazarles y mostrarles, una vez más, todo su apoyo. Luego ya fue un desmadre con sabor a despedida con grupos de aficionados (familias enteras) haciéndose fotos sobre el césped como si el de ayer hubiese sido el último partido en casa.