El Mundial de Freeride, en Aran

Baqueira Beret será escenario a finales de enero de la prueba inaugural del Freeride World Tour, el campeonato de referencia mundial de esta disciplina del esquí fuera pista. Los mejores especialistas del mundo, 50 hombres y 30 mujeres, tomarán parte en este exclusivo certamen, al que se accede previa clasificación durante la temporada anterior o por invitación, y que también hará parada en Ordino Arcalís (Andorra), Kicking Horse Golden BC (Canadá), Saalbach Fieberbrunn (Austria) y Verbier (Suiza), que acogerá la final. La prueba, fijada para el 22 y 23 de enero, si bien se deja abierta la posibilidad de alargarla hasta el 28 por si la meteorología no fuera óptima, tendrá una nutrida representación leridana.

Hasta tres raiders tomarán parte en la cita y los tres de la Val d’Aran. Aymar Navarro, de 32 años, aspira a podio después de hacer historia este año al convertirse en el primer representante español en subir al podio de la Gran Final del Freeride World Tour (FWT) disputada en marzo pasado en Verbier. También estarán Abel Moga, que hará su debut en la categoría absoluta después de los dos podios logrados en una de las pruebas clasificatorias de 2020, y Pòl Tellosa, que competirá en júniors.La prueba aranesa cuenta con el apoyo de la Diputación, el ayuntamiento de Naut Aran, el Conselh Generau d’Aran y la Generalitat, que asumirán la mitad de los 400.000 euros que tiene de presupuesto, como confirmó ayer Xavier Ubeira, director comercial de Baqueira Beret, durante la presentación oficial.

“Vimos una oportunidad única de situarnos al nivel de grandes estaciones mundiales, que nos hará volver al primer nivel”, añadió.Joan Talarn, presidente de la Diputación, destacó que pruebas como esta “hay que aprovecharlas”, de cara, dijo, “a poder organizar en 2030 los Juegos Olímpicos de invierno”. La síndica de Aran, Maria Vergés, también habló en clave olímpica y señaló que “acontecimientos de este tipo demuestran que somos capaces de afrontar grandes retos”.La Freeride World Tour supondrá un despliegue importante de medios a nivel logístico, ya que la prueba, prevista en la zona de Besiber, arrancará desde la cota 2.500. “Hay que dar acceso a los corredores, que subirán a pie con cuerdas de seguridad, y mucho material habrá que subirlo en helicóptero”, apuntó Ubeira.

La organización limitará un espacio y los riders deberán elegir por dónde bajar, puntuando la dificultad del trazado y las piruetas.