ESNOTICIA
El Lleda Esportiu, abocado a la desaparición
La Paeria aprobará el día 28 su expulsión inmediata y sus propietarios acumulan varios frentes judiciales
El Lleida Esportiu está abocado a la desaparición solo una década después de la quiebra del club antecesor, la UE Lleida, lo que volverá a dejar a la ciudad sin su principal referente futbolístico. La Paeria votará el día 28 su expulsión inmediata del Camp d'Esports, mientras los propietarios del club, los hermanos Esteve, acumulan frentes judiciales.
La sociedad leridana contempla atónita una crisis que, si no hay un giro de guion inesperado, conducirá nuevamente al principal club de fútbol de la ciudad directamente al abismo.
Lleida vive una situación singular, ya que solo una década después de que su principal club de fútbol quebrara dejando una deuda de 28 millones de euros, su sucesor se encuentra abocado también a la desaparición. Las deudas llevaron a la UE Lleida a la liquidación en 2011 tras 72 años de historia. De aquella subasta para heredar los derechos de competición en la Segunda B nació el Lleida Esportiu, que hace años que arrastra deudas, desafecciones y conflictos, pero ha sido el registro llevado a cabo por la Guardia Civil e inspectores de Trabajo del pasado 5 de octubre el detonante que ha desembocado en la crítica situación económica e institucional por la que atraviesa.
La Paeria votará el día 28 en el pleno la expulsión del club del Camp d’Esports “por graves incumplimientos” y por “la mala imagen que ha dado de la ciudad” la negligente gestión de los hermanos Esteve. El incumplimiento del convenio que se considera más grave es el impago a Hacienda (1,6 millones) y a la Seguridad Social (2,8 millones), una práctica que lleva años sucediéndose. En el informe también se recuerda que la falta de justificación contable es la razón por la que el consistorio no abona ninguna subvención al club desde el año 2018, una retención de unos 240.000 euros.
Otra gran amenaza son los impagos a la plantilla, que han llevado a que doce jugadores presentaran el procedimiento abreviado ante la AFE para liberar su ficha, de los que cuatro causarán baja –el último ha sido el canterano y capitán Víctor Vidal– deja al equipo con solo 14 fichas profesionales, que es el mínimo exigido en el reglamento de la Real Federación Española de Fútbol.A los gestores de la entidad se les acumulan los frentes judiciales como una gran bola de nieve. Sobre ellos pesa una investigación, tras el registro policial del 5 de octubre, por supuesta falsedad documental en la rescisión de contratos en los que al menos seis futbolistas les acusan de falsificar su firma. Este caso sigue bajo secreto de sumario.
Los propietarios también están investigados por presunto fraude e impago de cuotas a la Seguridad Social.El abandono que sufre la plantilla y los trabajadores del club, así como el fútbol base, la dejadez en el mantenimiento del césped del Camp d’Esports y del resto de instalaciones, la falta de seguridad y de las medidas higiénico-sanitarias durante los partidos, el presunto fraude de los positivos de Covid, sin que, además, nadie de la directiva del club dé la cara sino a través de comunicados en las redes sociales, han minado todavía más la falta de credibilidad de unos propietarios del Lleida que se han atrincherado y no quieren soltar las riendas de la entidad sin antes cobrar un buen dinero. El empresario Luis Pereira, que se ha postulado para comprar el club, ha presentado una denuncia en los juzgados y otra ante la RFEF contra los hermanos Esteve. Además, ha pedido que se nombre un administrador judicial.El divorcio con la plantilla es total desde hace meses.
En noviembre, treinta miembros del equipo, entre jugadores y bloque técnico, explicaron en rueda de prensa, junto a representantes del sindicato AFE, sus penurias económicas llegando a amenazar, incluso, con ir a la huelga. Uno de los capitanes, Quim Araujo, pidió a los Esteve “una solución. Si esto no fuera posible pedimos que den un paso al lado y dejen entrar a quien quiera intentar poner un poco de orden y cordura a esta situación tan desagradable”.
La irascible reacción de los amos del club fue remitir un comunicado, en el mismo momento de la comparecencia de los futbolistas, anunciando la rescisión de contrato del técnico Asier Eizaguirre y del jugador Colau.La desafección con el club ha arrastrado incluso a los que hasta hace poco aún se alineaban del bando de los Esteve. Un partido se jugó con puertas abiertas sin ningún tipo de seguridad y en el último encuentro del año ante el Brea el club decretó que fuera a puerta cerrada solo 5 horas antes del inicio.