Futbol
Tropiezo cruel del Lleida Esportiu
El Lleida ve escaparse dos puntos en el tramo final del partido con un penalti tras un error de Figueras por el mal estado del campo. Aún así, encadena siete jornadas sin perder, con 17 de 21 puntos
Un inoportuno resbalón de Roger Figueras, como consecuencia del mal estado del césped del Camp d’Esports, fue el origen de un penalti, cometido por Ramon Vila sobre el delantero visitante Vinicius, que acabó costándole al Lleida un injusto empate (1-1) en la recta final del partido cuando ya acariciaba la victoria gracias al gol de Joanet en el segundo tiempo. El Lleida, eso sí, sumó su séptima jornada de imbatibilidad (cinco victorias y dos empates), pero desaprovechó una ocasión de oro para entrar en el play off de ascenso que, con los resultados de la jornada, continúa a dos puntos. Los de Gabri volvieron a ser llevados en volandas por los aficionados, que con 2.896 espectadores en el Camp d’Esports, protagonizaron la mejor entrada de la temporada superando, incluso, a la conseguida hace quince días ante el Badalona.
El entrenador leridano volvió a apostar por una defensa de tres (Yasser, Neeskens y Fall) con Nani y Monterde como carrileros muy adelantados y dándole la titularidad a Adrià de Mesa, uno de los fichajes en este mercado de invierno, para fijar a los centrales baleares y dar más movilidad a Febas y Moha que, junto a Monterde, fue el más destacado del partido.Tras un susto propiciado por un resbalón de Vila –en el segundo periodo tendría otro que volvió a inquietar a la grada–, el Lleida se hizo con el control del juego ante un rival que se estiró lo imprescindible y que salvo en un remate cruzado de Cucu (2’), que mandó fuera por poco, no volvió a verle la cara al portero leridano. En cambio, el Lleida, abriendo el campo por las bandas, gozó de hasta tres claras ocasiones de gol.
Moha (11’) remató con mucha intención pero su tiro salió rozando el larguero; Toribio (20’) obligó a lucirse al meta mallorquín Mingo que acertó a poner la mano enviando el balón a córner y también Toribio tuvo el gol a su alcance con otro remate desde el borde del área (39’), que salió ligeramente alto con Mingo ya superado por el lanzamiento. El Lleida había controlado el primer tiempo, aunque no se moviese el marcador, gracias a su mobilidad en ataque con Moha, en todas las jugadas bien secundado por Febas, y con De Mesa que, pese a no acertar con el remate, sí que buscaba espacios entre los centrales Damià Ramos y Pau Pomar que se mostraban infranqueables por alto, bien arropados por sus compañeros que renunciaban prácticamente al ataque.
Debemos madurar más
Gabri, el técnico del Lleida, hizo autocrítica en la sala de prensa del Camp d’Esports, tras el empate de su equipo ante el Andratx. “El campo no está bien, pero lo sabemos desde hace días. Por eso no podemos esgrimirlo como excusa por haber cedido dos puntos en el tramo final del partido y cuando ya habíamos hecho lo más difícil, que era adelantarnos en el marcador”, dijo Gabri, que aseguró que “el equipo debe mejorar en este aspecto y yo también. A veces hay que abandonar un poco el estilo y saber gestionar mejor el resultado en el tramo final del partido. No es la primera vez que nos ocurre. Hemos de madurar algo más sobre el terreno de juego”. El técnico lamentó el hecho de que el equipo “sabe tener paciencia al principio de los partidos pero luego, al final, la perdemos”.
Por su parte, José Contreras, técnico balear, aseguró que “es cierto que el campo estaba mal, pero para los dos equipos y sí, en la jugada que acabó en penalti nos benefició a nosotros”. Ramon Vila, el portero del Lleida, en su comparecencia ante los medios, señaló que “teníamos la victoria en la mano y se nos ha escapado al final. El césped no está bien pero debimos ser más listos a la hora de gestionar los últimos minutos”. En términos parecidos se manifestó Moha. “Al igual que ante el Badalona, hace quince días, hemos vuelto a ceder un empate cuando ya teníamos la victoria. De hecho, estamos en deuda con la afición y, sin duda, le debemos una victoria en casa por su apoyo incondicional”. El delantero, que aseguró sentirse muy querido por los aficionados, confesó que “después detodo lo que hemos pasado en los últimos meses, lo que más deseo es poder ascender con este equipo, a final de temporada”.
Otro récord de aforo, césped mejorado y se recupera el servicio de bar
Hasta 2.896 espectadores, con una recaudación de 1.600 euros en taquilla y 1.875 en los abonos despachados desde el martes hasta antes del partido, demostraron la comunión total y absoluta de la afición con el equipo en el Camp d’Esports. En la mejor entrada de la temporada de los últimos años, los aficionados no dejaron de animar a los jugadores a lo largo de los noventa minutos (y los cuatro de prolongación). El idilio culminó, una vez finalizado el partido, con una invasión de campo, protagonizada por el público infantil, para abrazar a los futbolistas, hacerse una foto con ellos y pedirles autógrafos –Moha fue, de largo, el más solicitado.
Los seguidores azules, además, pudieron reencontrarse con el Marraco, la mascota del club que llevaba años sin aparecer en el césped; los servicios del bar, cerrado desde hacía meses; y, aunque esta vez no hubo servicio de seguridad contratado por el club, contemplar los vídeos, en el marcador (antes del partido y durante el descanso) de los momentos más destacados del Lleida Esportiu a lo largo de su historia.