Impotentes

Un fatídico minuto bajó de golpe al AEM del cielo al infierno. En el minuto 82, la máxima goleadora del Logroño, Rébecca Elloh, empataba el partido para el equipo riojano y, prácticamente a renglón seguido, Manou marcaba otro tanto. De la victoria a la derrota en cuestión de segundos.

Unos segundos que echaron por tierra un cielo que el AEM se había ido forjando con paciencia y tenacidad a lo largo de todo el partido ante un rival que en todo momento demostró su superioridad, tanto física como técnica. El AEM logró tener a raya durante 82 minutos a un equipo recién descendido y hace poco más de un año finalista de la Copa de la Reina, y había hecho lo más difícil: adelantarse en el marcador gracias a un golazo de Alexia, cuyo instinto matador volvió a sonreír más de seis meses después de su último tanto. Pero no bastó y, además, la penitencia fue ceder al conjunto riojano la preciada quinta posición, la última que en este formato cruel garantiza la permanencia directa a la futura Segunda División de un solo grupo.El partido empezó con el Logroño siendo un vendaval y buscando la velocidad de Elloh, que dio un primer aviso a las leridanas en una internada por la izquierda que dio en el poste ya en el minuto 10.

La punta marfileña fue el principal ariete del cuadro local, pero pocos minutos después se topaba también con una gran intervención de Mireya, y tampoco pudo el equipo riojano sacar provecho de los múltiples saques de esquina de los que dispuso, en todo momento bien defendidos por la zaga leridana. El paso de los minutos dio un punto de pausa al encuentro y permitió al AEM tomar oxígeno e incluso empezar a afinar la puntería hacia el arco de Raquel Poza, en sendos disparos de Alexia y de Natalia que fueron el máximo exponente del peligro de las de Òscar Cobacho antes del descanso.Tras la reanudación, sin embargo, afinaron la puntería, y transcurridos solamente treinta segundos, y en la primera acción, el AEM consiguió llevar el balón al área rival y, ahí, Taberner la cedió de cara para que Alexia, llegando desde la segunda línea, colocara el balón en la red con una preciosa vaselina que superó a la portera local.Las azules habían logrado lo más difícil, y estaban dispuestas a defenderlo con uñas y dientes del mismo modo que habían conservado un empate a cero que, ya de por sí, hubiera sido positivo. Pero tal y como ocurrió en el último partido ante el Barça B, el castillo de naipes se vino abajo a última hora.

El empate riojano llegó en una acción similar al 0-1, con un balón que Kika cedió atrás para que Elloh, ahora sí, consiguiera batir a Mireya. El AEM no tuvo tiempo ni de digerir el gol porque enseguida llegó el segundo, en una internada por la derecha que acabó con el tanto de Manou en una acción en el que las leridanas reclamaron con vehemencia fuera de juego. Y es que el choque, especialmente en la segunda mitad, estuvo marcado, al margen de la antideportividad del público, por una nefasta actuación arbitral.

Esta, al margen de poder ser decisiva especialmente en un claro penalti no señalado en una acción en la que Coolfat arrolló a Taberner, acabó ametrallando a tarjetas amarillas a las leridanas en medio de la dureza del juego local. El AEM acabó frustrado. Frustrado pero vivo a falta de seis jornadas para acabar una Liga que está en un pañuelo.Entre las notas positivas del encuentro, además del regreso goleador de Alexia, estuvo en el reencuentro de las jugadoras ucranianas Kytayeva, del AEM, y Bondarchuk y Malakhova, del Logroño, recién llegadas a sus respectivos equipos tras huir de la guerra en su país, donde habían jugado en el mismo club durante los últimos años.

Y, además, pudieron abrazarse con el cuerpo técnico de su selección –los leridanos Lluís Cortés, Jordi Escura y Jaume-Joan Rius–, que es también el que ha hecho posible que puedan seguir jugando al fútbol lejos del horror. “El equipo siente rabia por haber perdido pero tiene la conciencia tranquila por haberlo dado todo, no hemos estado tan lejos e igual que hemos perdido podríamos haber ganado”. Así resumía el técnico Òscar Cobacho, tras el partido, el sentir de un vestuario leridano al que “actitudinalmente no se le puede reprochar nada”.

Cobacho aseguró que “no hemos estado tan mal como para perder el partido” ante un rival “físicamente muy poderoso, que cuesta mucho de frenar y también de generarle peligro”. Aún asumiendo que “tenemos que analizar en qué nos estamos equivocando” fue muy crítico con el arbitraje: “Se ha mostrado una intencionalidad desigual en todas las acciones y esto genera impotencia y frustración”, afirmó el entrenador. En esta línea, Iris Aixalà, capitana ayer por ausencia en el once de Pixu, Miró y Nadia, afirmó estar “indignada”, especialmente por el fuera de juego en el que se marcó el segundo gol local: “Teníamos el partido controlado y se nos ha escapado en dos jugadas puntuales”, lamentó.

Por su parte, Alexia habló de “frustración” del equipo aunque celebró volver a marcar tras seis meses de sequía.