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FÚTBOL ENTREVISTA

Gabri Garcia: «Me marcho por un desgaste personal»

El ya extécnico del Lleida asegura que la temporada que ha vivido ha sido su mayor reto profesional y se siente orgulloso de haber contribuido a la consolidación de los canteranos y de haber vuelto a unir a equipo y afición

«Me marcho por un desgaste personal»

«Me marcho por un desgaste personal»JORDI ECHEVARRIA

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¿Por qué se va teniendo dos años más de contrato? Me marcho porque ha sido un año de fatiga, en el que en muchos momentos de la temporada he sido el único cabeza visible del club. Tenía que hacer de todo, no solo de entrenador. Y ha sido un año de mucho desgaste personal. Además, cada día iba y venía de Andorra, con todo el kilometraje y cansancio que supone, aunque esto ya lo sabía y lo acepté cuando vine. He podido convivir y conocer a los nuevos gestores y, a partir de aquí, he tomado esta decisión de dar un paso al lado y que el proyecto nuevo siga adelante.

Pero en abril usted dijo en rueda de prensa que le gustaría seguir. ¿Qué es lo que cambió? Durante estos dos meses finales fui viendo que quizás tendríamos diferencias en el futuro porque tenemos una mentalidad diferente. No sé, son cosas que ves que podríamos chocar enseguida con mucha facilidad.

¿Vendría a ser la frase “prendrem mal” que utilizó Pep Guardiola para justificar su adiós al Barça? Posiblemente sería un poco eso. Yo vivo el fútbol de una forma y hay gente que lo vive de otra. Pero no eran diferencias a nivel futbolístico porque Luis Pereira es un hombre al que le gusta el juego que yo he querido implantar en Lleida. Para mí es muy importante que, al menos, se pueda de alguna manera darle continuidad a lo que hemos hecho. Pero sí que en otros ámbitos hubiera podido llegar este enfrentamiento.

Luis Pereira dijo que confiaba en usted, incluso si hubiesen bajado, pero le molestó cómo anunció su marcha. Es cierto que dijo que confiaba en un proyecto conmigo, pero ya le expresé que últimamente tenía dudas de que me tuviera esa confianza. En cuanto a la forma de anunciar mi marcha le llamé y me disculpé, aunque también quise que entendiera por qué lo hice así. Pensé que era el momento de decírselo a los jugadores. A veces no controlas los tempos. Eso me lo puede reprochar y lo acepto.

Para el equipo ha sido una temporada parecida a una montaña rusa donde el club ha estado al borde del abismo. Hay que partir de un análisis previo. Yo quería físico y juventud, pero con dos o tres pilares importantes que eran un central, un pivote y un delantero, y de estos no llegó nadie. Esperaba que llegasen el último día de mercado porque es cuando hay futbolistas que no encuentran equipo y pueden venir jugadores importantes. Así ha pasado muchas veces en el Lleida y, además, es un sitio muy atractivo. Hablamos con nombres propios pero se les ofrecían ofertas el 50% más bajas de las que les daban clubes con un estatus menor que el Lleida. Por otra parte, creo en un tipo de fútbol con el que me formé en La Masia y tengo una idea futbolística que no la cambiaré vaya donde vaya. Es una idea que cuesta implantarla y eso lleva un proceso. Luego aparecieron jugadores importantes como Víctor o Quim que nos daban mucho y empezamos a rodar. Después llegó entre comillas la estabilidad institucional, pero no sé porqué tuvimos esa irregularidad que era como una montaña rusa. Cuando estábamos abandonados por el club nos movía la rabia y luego quizás nos relajó el cobrar al día y tener tranquilidad. Se perdió la tensión competitiva. En la parte final de la Liga jugamos peor, pero fuimos más competitivos. Dimos más importancia a los resultados porque si no ganábamos perdíamos el tren del play off. Y, además, hubo una pérdida general de confianza en el equipo y esto volvió a despertar a los jugadores. Por eso dije aquella frase, tras el partido del Numancia en casa, que era un play off que habíamos merecido y que, además, era reivindicativo.

¿Nunca le pasó por la cabeza tirar la toalla y marcharse? Ni una sola vez. Lo digo con claridad y eso que mi mujer y mis hijos me decían que qué estaba haciendo. Cada día salía de Andorra a las 6 de la mañana y volvía a las 5 o las 6 de la tarde. Le dije a mi mujer por Navidad: Es igual lo que me digas porque estaré hasta final de temporada o hasta que me echen. Algunos jugadores habían venido por mí y no podía marcharme.

¿Ha sido este el reto más grande al que ha tenido que enfrentarse como entrenador? Como gestión de personas y emociones, sin duda. A veces ya no sabía qué decir ni qué hacer a los jugadores para motivarlos porque hemos hecho de todo. Lo que he intentado mantener siempre ha sido la figura de un entrenador optimista.

¿Ha tenido alguna llamada o contacto en los últimos meses con los antiguos gestores? No, cero.

¿Cómo vivió el proceso del aplazamiento del partido del Numancia y después que los rivales impugnasen los partidos? Pues han sido piedras en el camino porque los antiguos gestores hicieron las cosas mal, pero lo que estaba claro es que jugadores y cuerpo técnico no habíamos adulterado la competición. De las impugnaciones nunca tuve ningún temor porque si algo hay que destacar de Vicente Javaloyes o de Cristo Fernández es que hacen las cosas bien y que son personas muy preparadas. Y continuarán haciendo una buena gestión.

¿Cómo se sintió cuando los hermanos Esteve le cercenaron el staff despidiendo a su segundo, Asier Eizaguirre, y después al preparador físico David Ramos? Fue muy difícil a la hora de trabajar y humanamente. Soy un entrenador que delego y esto lo aprendí en el Barça y con Eusebio Sacristán, al que considero mi maestro. Con Asier no nos conocíamos, pero enseguida tuvimos feeling. Está muy preparado y es muy trabajador. Delegaba casi todo en él y me supo muy mal su despido. Era una figura muy importante. Si ha habido un jugador que ha destacado por su eclosión esta temporada ha sido el canterano Febas.

¿Qué piensa del abandono que ha sufrido la base? No conocía la cantera del club, pero hay mucho trabajo por delante para recuperar las categorías que se han perdido. Un club ha de tener patrimonio y ha de confiar en su cantera. Y no solo hablo de Febas, que no hizo la pretemporada con nosotros, pero acaba siendo el máximo goleador. Joanet, por ejemplo, se ha consolidado en el primer equipo y apenas jugaba estos años. Toni Vicente ha acumulado 900 minutos, Alpha ha tenido más protagonismo, Víctor se ha hecho un líder y fichó por un equipo de Primera RFEF.. No me quiero poner medallas pero eso es mérito mío. Es importante que jugadores de la casa se consoliden en el primer equipo y deben ser las piedras angulares del proyecto. El club debería hacer un esfuerzo por retenerlos. Deben sentirse valorados.

¿Con qué momento se queda de la temporada? Con lo que pasó tras el partido del Numancia. Hubo una comunión entre equipo, afición y club y siento que he contribuido a eso. Debe servir para el futuro.

¿Tiene ya destino? No. Solo pienso en descansar y en coger la bicicleta.

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