HOCKEY SOBRE PATINES OBITUARIO
Fallece Manolo Solís, 'alma mater' y emblema del Llista
A los 93 años, tras dedicar 56 de su vida al club donde ocupó todos los cargos
Manolo Solís, en 2018, junto al cartel de la Final Four en la que el Llista ganaría su primer título europeo.
Manuel Solís del Valle, el popular Manolo, emblema y alma mater del Llista –donde fue jugador, entrenador, secretario general y desde hace 12 años presidente de honor– y del hockey sobre patines leridano, falleció ayer tarde a la edad de 93 años. En total estuvo 56 años vinculado a la entidad, más de la mitad de su larga vida, entrando en el club solo un año después de su fundación en 1951. Asturiano de nacimiento, de Lugo de Llanera concretamente donde vino al mundo el 25 de febrero de 1929, llegó con apenas diez años a la capital del Segrià justo tras acabar la Guerra Civil.
Ferroviario de profesión hasta su jubilación, empezó tarde en el hockey, a los 21 años. Había jugado al fútbol hasta los 18. Dejó el balón porque se lesionó y, según él mismo solía explicar, alguien le dijo que le iría bien patinar para fortalecer las piernas.
Comenzó a probar los patines en el Antorxa y al poco tiempo, con 21 años cumplidos, cogía por primera vez un stick. Cinco años después de calzarse unos patines ya estaba con el Llista (entonces Lista Azul) en la División de Honor de hockey sobre patines. Jugó seis temporadas en la máxima categoría, cuatro de ellas consecutivas, desde 1956 hasta 1960.
Era tanta su pasión por este deporte que admitía que se perdió las bodas de dos hermanas suyas porque coincidieron con partidos decisivos para ascender.Jugó 13 años, aunque los últimos cuatro alternó esta faceta con la de entrenador siempre en el Llista. En el banquillo listado permaneció ininterrumpidamente durante 32 años, entre 1960 y 1992. “Sin cobrar ni un duro.
El primer entrenador que llegó después de mí cobró 2 millones de pesetas”, explicaba en una entrevista al suplemento Lectura de SEGRE. Siempre fiel al Llista, renunció a una oferta del Vendrell, que le ofrecía 200.000 pesetas en los años sesenta, porque se lo pidió su esposa. Fue objeto de numerosos homenajes y pudo llegar a ver cómo el equipo ganaba tres veces una competición europea.El presidente del Lleida Llista, Enric Duch, le recordó ayer como “una persona entrañable e irrepetible.
No pienso en el Llista sin pensar en él. Defendió al club de todas las maneras. Era su vida.
Su mundo era el hockey y su Llista”, concluyó Duch.
