DEPORTES
Albert Aliaga, presidente del Força Lleida: «Mi sueño es irme en ACB»
Ha completado su segunda temporada como presidente del Força Lleida, pasando en un año de vivir un descenso a tocar con los dedos el ascenso a la élite, un paso que reconoce que ahora hubiera sido un tanto prematuro, pero que el club está ya preparado para asumir
¿Ha digerido ya todas las emociones vividas en el play off? Viniendo de donde veníamos, hemos pasado de 0 a 100 en doce meses. La verdad es que ha sido una experiencia bonita, no solo por lo deportivo, que será muy difícil de igualar y prácticamente imposible de mejorar, ya que estaríamos hablando de ascender a la ACB, sino también, y lo más importante, por el apoyo tanto social como empresarial que hemos tenido y que esperemos haya sido un primer paso para hacer un proyecto sólido y fuerte.
¿Se veía logrando el ascenso a la Liga ACB? Tenía un poco de vértigo, porque quizás era un poco pronto. El proyecto se tiene que consolidar y lo que ha pasado este año es lo que tocaba, porque no nos tenemos que olvidar de dónde veníamos. Hemos hecho una temporada histórica, hemos metido a más de 5.000 personas en el Barris Nord y creo que haberlo conseguido es lo que tocaba, aunque no negaré que era de los que pensaba que si ganábamos al Girona subíamos, estaba completamente convencido. Reconozco que estamos donde nos toca.
¿El club estaba preparado en caso de haber logrado el ascenso? Si hubiéramos ganado el partido en Huesca estoy convencido de que hasta el final hubiéramos competido por el ascenso directo. Cuando vimos que la cosa iba en serio, que fue en enero o febrero, ya comenzamos a trabajar. Empezamos a hablar con instituciones, con el patrocinador principal, ICG, y otras empresas importantes, preguntamos a la ACB para tener toda la información en caso de subir y sabíamos lo que necesitábamos. Por eso digo que en ese momento quizás era un poco precipitado, pero ahora, sabiendo lo que nos hace falta, vamos a darnos nuestro tiempo para prepararnos y si la gente y las empresas de Lleida quieren, estamos dispuestos a prepararnos bien para dar este paso hacia adelante. Creemos que Lleida necesita un proyecto como el nuestro. Ha llegado el momento.
Ahora todo es felicidad, pero hace un año, por estas fechas, el club estaba en LEB Plata. ¿Cómo cambian las cosas en tan poco tiempo, no? Para mí ha habido tres momentos claves. El primero, cuando accedo a la presidencia, que era un proyecto que estaba como estaba y creímos que teníamos que dar ese paso. El segundo, el año pasado, con el viaje de regreso de Melilla tras certificar el descenso, que fue de los peores que he vivido. Y el tercero, después de perder en Girona, cuando entré en el vestuario y les hice salir a saludar a la afición, para mí ese fue el momento culminante de por qué dimos el paso en su momento, ver a toda esa gente entregada. Aún me emociono solo de pensarlo.
¿Cómo le gustaría acabar su presidencia? Mi sueño es irme en ACB. No sé si seguiría, pero una vez conseguido me gustaría estar en un segundo plano. Todo proceso tiene unos tempos, cada uno coge una responsabilidad porque quiere, le gusta o cree que es su obligación, y creo que no es bueno eternizarse en determinados puestos, es sano, bueno y positivo que haya gente nueva. Nunca me apartaré del Força Lleida, mientras viva siempre seré del club y de Lleida, pero creo que sería bueno en su momento dar un paso al lado y que alguien, quien sea, dé el paso adelante.
En apenas un año se ha pasado de bajar a tocar con los dedos la ACB. ¿Teme que se pueda sufrir como hace dos años? No. Ahora queda lo más difícil, que es consolidarnos. Hemos demostrado que lo podemos hacer. Hemos alcanzado un milagro deportivo y hemos generado ilusión, aunque reconozco que todo ha salido mucho mejor de lo que esperábamos, decir lo contrario sería mentir. El año pasado lo más fácil hubiera sido abandonar el barco, pero soy tozudo y estaba convencidísimo de que iríamos hacia adelante. Nadie sabe el trabajo que tuvimos que hacer el verano pasado, que fue descomunal, y salió bien. Hicimos varias apuestas, fuego nuevo en la plantilla, en el cuerpo técnico y prescindimos de alguna vaca sagrada que algunos no entendieron. Lo decidimos cambiar todo y el tiempo, más pronto de lo que pensábamos, nos ha dado la razón.
En una entrevista en 2020, un mes después de tomar posesión como presidente, dijo que su objetivo era situar al equipo arriba en dos o tres años. Lo ha cumplido. El éxito no es solo mío, es de mucha gente. Soy la cara visible de un proyecto en el que hay mucha gente detrás que ha luchado mucho para estar donde estamos. Somos un club sostenible. Tenemos déficit, sí, pero insisto, venimos de un descenso y de una pandemia que nos obligó a reducir el precio de los abonos, en la que las empresas lo han pasado mal y no han podido aportar todo lo que queríamos, que hasta enero no pudimos abrir los bares del pabellón y que tuvimos que pagar la plaza de LEB al Barça. Pero ahora estamos muy bien, es el momento idóneo para consolidar el proyecto y comenzar a mirar más allá, y eso quiere decir no tener miedo.
¿Cuál es la situación económica del club? Estamos mejor que nunca. El club tuvo unos inicios complicados en los que se generó una deuda que diría que ya es fija. Antes de ser presidente, en 2019, había problemas económicos de los que todos éramos responsables, porque ya formaba parte de la junta, pero ahora mismo estamos en una buena situación. Estamos al corriente de pago con Hacienda, Seguridad Social, proveedores y acreedores, solo arrastramos deudas con algunos agentes, pero estamos avanzando y el año que viene creo que quedarán liquidadas. Los trabajadores y la plantilla están al día y solo sabemos los que estamos en el club lo que quiere decir esto. No queremos que nadie nos lo agradezca, pero sí que a veces echamos en falta que se valore el esfuerzo, porque se considera como algo normal, y no lo es tanto en el mundo del deporte.
Otro de los retos que se marcó cuando accedió a la presidencia fue que la afición recuperase la ilusión, y también se ha logrado con creces. Efectivamente. Sin culpar a nadie, porque todos estábamos inmersos, el proyecto se había apartado un poco de la realidad de Lleida, y por eso decidimos dar un golpe sobre la mesa [moción de censura] para que la gente volviera.
También se marcó como objetivo recuperar la masa social de años atrás. ¿Este quizás es el gran reto para la próxima temporada? Sin duda. En la presentación de la nueva junta dijimos que queríamos recuperar la ilusión por el baloncesto y la masa social, y estamos aquí. Y vuelvo a repetir, venimos de una pandemia.
Sea sincero. Después de lo vivido en el play off, ¿le decepcionaría si al comienzo de la próxima temporada solo hubiera 1.500 abonados? Decepción no, pero demostraríamos todos, nosotros los primeros, que quizás no hace falta hacer el esfuerzo que queremos hacer. Lo hemos dicho desde un principio y lo hemos repetido varias veces, estaremos donde la gente del territorio quiera, y no los decepcionaremos, pero para ello necesitamos que nos ayuden. Creo que hemos hecho méritos suficientes para que cuando empiece la Liga el Barris Nord esté lleno. Creo que nos lo merecemos, el club se lo merece, y si no, nos tendremos que replantear las cosas. Lo dije el otro día, si no llegamos a los 2.000 abonados de pago, personalmente y para mis compañeros de junta no será una decepción, pero sí un baño de realidad, de que quizás estamos empujando algo que la gente no quiere. Si queremos gozar de un espectáculo, necesitamos subir el presupuesto, y eso pasa por tener más masa social.
El acuerdo con el Barça también fue crucial, ya no solo por continuar en la LEB Oro, sino por contar con jugadores de gran nivel. Una de las patas que estaba coja del proyecto era que no teníamos una relación lo suficientemente fuerte con otros clubes de Catalunya, y ahora la tenemos con el Manresa, con la Penya y ni que decir con el Barça. Mientras no seamos un club ACB, que es mi sueño, tenemos que sacar provecho de estos equipos. También es verdad que no aceptaremos cualquier cesión. Lo saben todos los equipos con los que estamos hablando. Hemos demostrado que los chavales que vienen mejoran con nuestro trabajo, solo hace falta mirar la temporada que han hecho Juani Marcos o Badji. Y querría destacar a estos jugadores y a otros de la plantilla que han dicho a sus agentes que si no tienen una oferta muy grande, su sueño es seguir con nosotros, y esto hay que ponerlo también en valor. Habrá algún año que igual no vendrá nadie o solo uno porque la generación no será importante, lo cual querrá decir que nosotros estamos arriba y necesitamos a jugadores más importantes.
Prueba de que aquí el trato es diferencial es que Michael Carrera, que tenía ofertas que triplicaban la del Lleida, ha preferido quedarse y renovar. Con Michael tengo una relación especial. Me llegó al corazón cuando el año pasado, en el aeropuerto de Málaga volviendo de Melilla, tras consumar el descenso, vino, que yo estaba destrozado, y me dijo: “‘presi’, si usted quiere, le subo el equipo a LEB Oro”. En ese momento pensé que lo decía para quedar bien, pero no, lo decía muy en serio, como luego se demostró. Este año ha habido mucha gente, personas de mi familia y algún directivo, que han ayudado mucho al entorno de Michael, y él es una persona agradecida y familiar. Cuando ha tenido problemas hemos estado con ellos y eso él lo valora muchísimo, y a sus agentes les dijo que si no había una oferta muy grande de ACB se quedaba en Lleida.
En una rueda de prensa reconoció que la intención era subir el presupuesto de la plantilla un 10%. ¿Se podrá hacer? Dependerá de cómo vaya la campaña de abonados, pero la intención es subir como mínimo un 10 por ciento el presupuesto destinado a la plantilla. Pero tenemos que ser conscientes de contra quién competiremos, Andorra, Burgos, Estudiantes, Alicante… No nos llevemos una decepción si la temporada que viene no somos terceros y somos octavos, quizás es nuestro lugar.
Dar la alternativa a Gerard Encuentra también ha sido otro acierto rotundo. Era otra apuesta difícil porque es muy fácil decir, hay que apostar por el talento local, sí, pero hay que hacerlo. Cuando todo va bien, todos nos subimos al carro, y ahora Gerard es el mejor entrenador de la LEB Oro, pero había que confiar en él en aquel momento. Y confiamos en él de una forma importante, porque tuvimos la opción de fichar a algún entrenador con más experiencia, pero lo tuvimos claro. Es cierto que él era la primera opción y estamos contentos de lo que hemos hecho. No teníamos ninguna obligación de renovarlo ahora porque tenía contrato, pero lo hemos hecho y le hemos mejorado sus condiciones porque creemos que con él de la mano tenemos que tirar hacia adelante.
¿En qué ha cambiado el club desde el cambio de timón? En muchas cosas, muchísimas. Cada uno tiene su forma de hacer las cosas, ni mejor ni peor. Hay gente que aún no entiende por qué dimos el paso. Nosotros lo queríamos dar, aunque de otra forma, es cierto, no estoy orgulloso de cómo se hizo, para nada, el club se merecía otra manera, pero no nos quedó otro remedio. Me gusta trabajar en equipo, pero si tengo que asumir unas responsabilidades y ser un líder, lo soy. Tengo mis defectos, que son muchos, pero también alguna virtud, y amo mucho a Lleida y el baloncesto, y eso para mí es fundamental.