DEPORTES
May Peus: «Barcelona debería liderar los Juegos»
Josep Maria 'May' Peus. El directivo aranés, que acaba de ser reelegido para un tercer mandato al frente de la Real Federación Española de Deportes de Invierno, achaca a los políticos el fracaso de la candidatura olímpica para 2030
En plena canícula estival, el aranés Josep Maria ‘May’ Peus fue reelegido en junio presidente de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI) donde alcanzará una década al frente del organismo. Esta federación agrupa las disciplinas de esquí alpino, fondo, el freeski y freestyle, el snowboard, el mushing, el telemark, el biathlon y el esquí de velocidad. Será el tercer mandato de Peus, que llegó al cargo en 2014, por lo que continuará presidiendo el ente federativo durante el recién iniciado ciclo olímpico (2022-2026). Licenciado en ADE y con un postgrado en contabilidad y marketing en la Universidad de Barcelona, fue miembro del equipo español de esquí durante seis temporadas hasta 1992 y después director técnico del CAEI (Club Aranès d’Esports d’Iuern).
¿Por qué decidió presentarse a la reelección? ¿Qué le queda pendiente? Cuando hay un proyecto vivo y activo es inacabable. Es ya el tercer mandato y el día que me marche siempre pensaré que quedan cosas por hacer. Eso es lo bueno. Es verdad que cuando llegamos, tuvimos no solo que construir, sino reconstruir y rehabilitar, y en pocos años conseguimos llevar a la Federación donde debía estar a todos los niveles, tanto deportivo como de saneamiento económico. Deportivamente si quieres conseguir la excelencia es un no parar. Si tienes una medalla, quieres dos. Si tienes dos campeones, quieres tres. Tengo la motivación y la pasión para seguir y un equipo muy potente, muy consolidado y esto es muy importante. Además, hay muy buen clima con deportistas y técnicos hasta el punto de que nos llegaron a decir que si salía elegida la otra candidatura, ellos se marchaban. Creo que esto ya de por sí solo dice mucho de nuestro proyecto.
¿Qué balance hace de los ocho años que lleva al frente de la RFEDI? Desde 1972, que es el año en el que nací, teníamos las medallas olímpicas de Paco Fernández Ochoa (oro en eslalon especial en los JJOO Sapporo 1972) y de su hermana Blanca (bronce en eslalon en los JJOO Albertville 1992). Además, un podio de Paco en un Mundial, buenos resultados de María José Rienda y de Carolina Ruiz. Y nada más. Tantos años sin medallas creaban una presión que cuando llegó la de Regino Hernández en 2018 (bronce en snowboard cross en los JJOO Pyeongchang) fue una descarga y un alivio total. Nuestro mandato ya comenzó con una medalla de Queralt Castellet en un Mundial en 2015, luego el Globo de Oro de Lucas Eguibar, a continuación la medalla de Regino, pero además de este logro olímpico llevamos varios éxitos internacionales muy importantes, algunos inéditos, hasta que en Pekín ha llegado la medalla olímpica de Queralt (plata en snowboard halfpipe en Pekín 2022). Este año hay que apuntar los recientes éxitos de Quim Salarich en esquí alpino.. En fin, que estamos muy satisfechos de los resultados deportivos y de que lo que se ha conseguido en estos ocho años no se había conseguido en toda la historia.
Llegó en 2014 con una situación económica en la RFEDI muy complicada. Eso ya es historia. Es cierto que nos encontramos con una deuda muy importante que había firmado el anterior presidente a diez años y en cinco ya nos la quitamos de encima. Hemos hecho una buena gestión económica. Y ahora lo más importante es que no solo vivamos de la ayuda del Consejo Superior de Deportes, sino que encontremos otras vías de financiación. Por eso hablamos mucho del ecostistema de la federación donde vemos muchas posibilidades de captar recursos propios nuevos. Son vías a explorar en estos 4 próximos años. Explotar lo que es el esquí de ocio, cómo podemos llegar a los esquiadores que no son federados, cómo podemos llegar a acuerdos con estaciones de esquí y todo lo que les rodea como hoteles, escuelas de esquí.. En fin, tenemos todo un masterplan para conseguir recursos para la federación y este será uno de los grandes objetivos en estos próximos 4 años.
Para 2022, la federación cuenta con un presupuesto ligeramente superior, que ascenderá hasta 4,5 millones de euros. En los últimos años, los ingresos de la federación invernal han repuntado un 40% y se han conseguido importantes patrocinios. Sí, tenemos tres patrocinadores muy potentes: Movistar, Audi e Iberdrola. Pero si me permite quiero decir al hilo de la anterior pregunta que hay una cosa que tenemos que cambiar. Un esquiador de ocio no sabe ni para qué sirve la federación, algo que no pasa por ejemplo con la caza donde tienes que federarte o en el golf o en la pesca. Estos deportes te exigen una licencia federativa. Son cosas en las que hemos de seguir trabajando. El objetivo es atraer al esquiador de ocio como he dicho antes.
¿Lo dice porque los deportes de invierno son como el hermano pobre en España? Somos conscientes de que más que el hermano pobre somos el hermano pequeño de los deportes olímpicos. España no es un país donde la práctica de deportes de invierno esté generalizada. Hay una gran actividad, es cierto, donde se llegan a los 6 millones de jornadas de venta de forfaits y hay casi 2 millones de personas que esquían más de cinco días al año que es algo que está muy bien, pero es verdad que no somos un país comparable en este sentido a Suiza, Austria, Italia o Francia donde la cultura de la nieve está muy arraigada. Aquí, por suerte, somos multidisciplinarios en materia de deportes. Y lo que debemos hacer con los deportes de nieve es seguir trabajando para que cada día salgan más en televisión. El esquiador de ocio debe saber que también en su deporte hay campeones y deportistas de élite, héroes deportivos diría yo, como hay en otras disciplinas. Esto hará que las estaciones reciban a más esquiadores y ayudaremos a potenciar la parte comercial de nuestro deporte que también es muy importante.
Hablemos de la fallida candidatura olímpica para los Juegos de Invierno de 2030. ¿Da el proyecto por perdido? No doy por perdido nada, pero diría que el proyecto casi ni nació. Creo que política e institucionalmente se ha hecho muy mal, pero por parte de todos. No culpo a nadie en concreto. Ha sido muy feo cómo se ha gestionado todo y pienso que ha influido la falta de un liderazgo político firme para poder elaborar una candidatura que tuviera a Barcelona al frente, pasando por el territorio catalán acompañado del aragonés. La norma número uno del Comité Olímpico Internacional es conflicto cero interno y aquí lo que más hemos tenido es precisamente esto. Peleas, discusiones, reproches. Se ha hablado más de estas cosas que del proyecto deportivo en sí. Nosotros como federación nos hemos quedado totalmente al margen como nos pidió el Comité Olímpico Español para dejar que Alejandro Blanco pudiese trabajar con las instituciones autonómicas que, al final, han tenido más influencia. Ahora parece que todo el mundo tiene ganas de presentar un proyecto para 2030 o 2034, mejor dicho. Así lo han dicho Catalunya y Aragón y desde la federación estaremos a su disposición para trabajar conjuntamente. Unos Juegos Olímpicos sería una parte de esa excelencia deportiva a la que hacía antes mención y que buscamos desde la RFEDI, así que acoger unos Juegos sería genial.
¿Y vislumbra una solución a corto plazo? Por separado siempre es más complicado, pero si hacerlo conjuntamente es llegar a las discusiones que se produjeron ya vimos como acabó la cosa. Lo que sí creo es que debería ser un proyecto liderado por una gran ciudad, donde no tendría que haber ningún problema en que fuera Barcelona. Lo que ocurre es que la primera que se lo tendría que creer es la propia ciudad de Barcelona y su equipo de gobierno. Y luego pruebas repartidas por el Pirineo, pero no por todo el Pirineo, porque al final está claro que hay unos paquetes de deportes que no pueden dividirse. Si queríamos que fuese una candidatura ganadora y exitosa, lo que no podíamos hacer es comenzar a repartir pruebas a todo el mundo para contentar al territorio. Y esto no se entendió. Dicho esto, hay sitio para todos y una candidatura conjunta entre Aragón y Catalunya hubiese sido mucho más potente.
¿Alguien ha jugado sucio en estas negociaciones? No lo sé, esto no soy yo quien lo puede decir. Lo que sí digo es que cada uno ha de hacer su análisis interno. En Catalunya se busca la culpa en el otro lado y en Aragón lo mismo, diciendo que hemos sido insolidarios. Digo hemos sido porque yo he nacido en Catalunya. Al final resulta absurdo intentar convencer a la otra parte cuando no se quiere entrar en razón. Al final, lo que ha pasado es que nos hemos quedado sin candidatura.
¿Le ha resultado más difícil digerir este proceso por el hecho de haber nacido en Catalunya? No, al contrario. Yo tengo una posición muy cómoda porque soy aranés y vengo de un lugar donde hay la excelencia con Baqueira Beret como referente de los deportes de invierno en España. Esto es reconocido en todo el país. También pienso que me avala mi trayectoria personal y profesional, pero volviendo a la pregunta tengo que decir que no he tenido nunca una posición incómoda. Es que además como ha sido todo tratado a nivel tan territorial, las federaciones españolas de invierno, de hielo y de montaña nos hemos mantenido al margen.
¿Hay que volver a intentarlo para los JJOO de 2034 viendo estos precedentes? Así lo ha manifestado Alejandro Blanco. Parece que Catalunya quiere presentar candidatura para los Juegos de 2030, pero lo tendrá que consensuar con Blanco. Él ya dijo que lo que se presentase sería ya para los Juegos de 2034.
¿Qué suponía para Aran y para el Pirineo de Lleida albergar unos Juegos Olímpicos? Suponía mucho. Aquí todo el mundo ha hablado de lo que representaban unos Juegos, excepto de lo que supone para la parte deportiva. Se ha hablado de desarrollo económico, de infraestructuras, de sostenibilidad, de mantenimiento de la población de montaña, de todo, pero al final estamos hablando de deporte. Unos Juegos deberían traer un nuevo modelo deportivo y desarrollar el que tenemos con nuevas instalaciones deportivas porque, repito, esto es deporte. Que además acoger unos Juegos comporte construir carreteras e infraestructuras necesarias para el Pirineo, de acuerdo, pero lo que debería conseguirse es lo que se logró con los Juegos de Barcelona’92. Es decir, si se construyó el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat pues habría que hacer lo mismo con un centro para deportes de invierno en la montaña. Es igual donde se ubicara, pero que estuviese a pie de pistas. Y también comportaría una gran concienciación social de los deportes de invierno como forma saludable de vida. A los políticos les diría que si en el Pirineo hay carencias que lo solucionen ya, con o sin Juegos.
Hay un plan estratégico 2022-2030 con el que fija los cinco pilares estratégicos de su nuevo mandato. En él incide en la excelencia deportiva, la formación y la cadena de valor, el modelo económico y la inclusividad, sostenibilidad y solidaridad. Sí, lo presentaremos en otoño y será un masterplan de cómo debemos trabajar, qué ejes debemos seguir y qué objetivos nos tenemos que fijar para conseguir más éxitos.