Saltan todas las alarmas

Cero puntos en cuatro jornadas, tres derrotas por goleada y 24 goles encajados, estos son los números del Finques Prats Lleida Llista en uno de los peores arranques de Liga que se le recuerdan. El equipo sigue desconectado y falto de rodaje, en buena parte por culpa de una pretemporada afectada por las lesiones, a la que se añade un calendario nada propicio, más si cabe en la situación en la que se encuentra. Ayer el Llista no apareció hasta bien entrada la primera parte, cuando ya perdía ampliamente, y si bien reaccionó, como hace unos días ante el Calafell, no fue suficiente ni para soñar con puntuar.

La endeblez defensiva fue otra vez su tumba. El Igualada salió mejor, con una marcha más y ya desde el primer segundo puso cerco a la portería defendida por el que fue su portero hasta la pasada campaña, Elagi Deitg, que tuvo un retorno aciago. Bars, el líder de este equipo, y Carol le pusieron a prueba antes de que Riba rompiera la igualada a los cinco minutos.

El segundo tanto local llegó un minuto después y fruto de una pérdida que Bars castigó de fuerte disparo desde la izquierda. Albert Folguera paró el partido y dio entrada a Nuno Paiva y Xavi Aragonés buscando un revulsivo y el equipo pareció reponerse. Cañellas y Vives, este último en tres ocasiones, la tercera plantándose solo ante Torrents, rozaron el gol, pero el meta local se mostró inexpugnable.

Y cuando mejor estaba jugando el Llista, que había merecido al menos marcar, llegó el 3-0. El origen fue otra pérdida en defensa que recogió Yeste, se plantó ante Deitg, que paró el primer disparo, pero por atrás llegó Llenas para marcar a placer. Los listados pudieron ponerse en el partido gracias a una falta directa por la exclusión de Llenas, pero Sergi Folguera disparó alto.

Tampoco aprovecharon la superioridad en los dos últimos minutos de la primera mitad. Nada más volver de los vestuarios llegó un nuevo mazazo con el gol de César Vives desde media pista. Pero cuando peor pintaban las cosas, el Finques Prats sacó su orgullo y se puso en partido con dos goles de Paiva y Aragonés en tan solo 24 segundos, y eso que Vives venía de errar un penalti con 4-0 que hubiera situado el marcador en 4-3.

Pero la reacción leridana la cortó de raíz Riba en una gran jugada personal que no hacía más que ratificar la endeblez defensiva de los listados, que hasta el final aún encajarían otro tanto, obra del leridano Marimon. Albert Folguera reconoció tras el partido que el principal problema de su equipo es mental, más allá de su endeblez defensiva. “Nos venimos abajo demasiado rápido”, señaló el técnico, para añadir: “Nos marcan en los primeros cinco minutos y nos hundimos, y cuando empezamos a jugar bien y parece que entramos en el partido, nos vuelven a marcar un gol tonto.

Tengo la sensación de que los otros sin hacer demasiado nos ganan muy fácil. Es una situación complicada porque no sabes hacia dónde tirar”. Folguera también lamentó la facilidad con la que encajan goles.

“Nos marcan muy fácilmente y nosotros para marcar tenemos que pasar por un viacrucis. Tenemos que intentar trabajar la defensa porque estamos desubicados. Llevamos 24 goles en contra y 10 a favor”, dijo, para recordar que ayer “volvimos a fallar una falta directa y un penalti en momentos del partido que nos podían ayudar.

El equipo está tocado moralmente”, sentenció. Por su parte, Elagi Deitg, uno de los protagonistas del partido con su regreso a Igualada, dijo que “volver siempre es especial pero no ha sido un día feliz ni por el resultado ni por cómo hemos jugado, comenzando por mí”. También incidió en los goles encajados.

“Nos están metiendo muchos goles. Los rivales a la mínima que llegan marcan, y a nosotros no nos entran. En mi opinión creo que no hay tanta diferencia entre el Calafell, el Igualada y nosotros, pero estamos mal mentalmente”, dijo.