FÚTBOL CUARTA CATALANA
Los filiales llenan Cuarta
La última categoría territorial ha arrancado este fin de semana con 16 equipos, 8 menos que hace seis temporadas || Pinyana y los equipos B de Agramunt, Cervera y Linyola completan el grupo
La temporada en Cuarta Catalana arrancó este fin de semana con los equipos leridanos compitiendo en el grupo 21. Desde hace 6 cursos, con la pandemia de por medio, solo hay un grupo con leridanos, cuando hasta el curso 2016-17 había dos, con los equipos agrupados en dos competiciones de 12 participantes. Este año, la Liga se ha reducido de 17 a 16, aunque esto no significa que haya menos equipos de la provincia en competición.
El Coll de Nargó y el Borges B subieron a Tercera, pero en dicha categoría no hubo descensos y, por lo tanto, quedaron dos huecos más en Cuarta. Los tres equipos que sí han dejado la competición han sido el Tremp B, el Sant Guim y el Templers (este último abandonó al poco de arrancar la pasada campaña). En contrapartida, han sido cuatro los equipos que se estrenan este curso, aunque tres de ellos son los filiales del Agramunt, el Cervera y el Linyola; y el otro, el Pinyana, es una refundación del club que se retiró el pasado curso en Tercera.Los tres clubes que han creado un filial para esta temporada coinciden en el hecho que tener un segundo equipo ayuda a dar salida a muchos jugadores que acaban la etapa juvenil y a otros del municipio que quieren seguir practicando el deporte, teniendo en cuenta que tanto Cervera, como Linyola y Agramunt –recién ascendido– juegan en Segunda Catalana.La aparición de tres equipos filiales, junto con el renovado Pinyana 2021, que también es la continuación al amateurismo de la escuela de fútbol, sirve para mantener el único grupo de Cuarta en dieciséis equipos, el formato “ideal”, según la FCF.
Con el último ejemplo del Sant Guim, cada vez cuesta más que los municipios más pequeños puedan conformar plantillas, pero las cifras demuestran que el número total de equipos leridanos en competición ha bajado muy poco en los últimos años, con el paréntesis de las temporadas marcadas por la pandemia.En el curso 2016-17, el último con dos grupos leridanos en Cuarta, había 74 conjuntos leridanos entre Segunda, Tercera y la propia Cuarta Catalana. Este curso, en las mismas categorías hay 72 y, desde entonces, solo ha tenido menos de 70 en la 2020-21, una campaña muy marcada por las restricciones.La categoría de base tiene menos participantes, pero, sobre todo la Segunda, ha aumentado el número de equipos, y eso mantiene las cifras totales estables gracias, en parte, a la aparición de muchos equipos filiales.
Las fichas de base masculinas están estancadas
Desde la Federación Catalana de Fútbol no se ve negativamente que los equipos filiales sean los que completan el grupo de Cuarta, ya que “puede servir para dar continuidad al fútbol base y demuestran la buena salud del fútbol de Lleida”.
El delegado territorial de la Federació Catalana de Fútbol, Josep Maria Espasa, dejaba clara su postura respecto a cómo se ha conformado el grupo leridano de la categoría, aunque sí reconocía que “en algunos casos puede perjudicar a algún club, pero no tiene porqué”.Para Espasa, la clave para que el fútbol territorial siga fuerte pasa por el fútbol base. El abandono en categorías de base masculinas es un hecho que preocupa a la Federación, ya que “hace años que las fichas masculinas no crecen, al contrario que pasa con las femeninas, que están muy en alza”, decía Espasa. “Tener unas categorías de formación fuertes nos permitirá que en categorías amateurs haya donde escoger y podamos seguir ayudando a que los equipos leridanos crezcan”, añadió.