Rugby en familia

¿Qué pasa si tu hijo o hija aparece con un balón ovalado en vez de uno redondo? Ante las reticencias de algunos padres, uno de los objetivos que se marcó el CE Inef Lleida Rugby desde sus inicios en 1984 fue romper con los prejuicios y estereotipos que vinculan a esta disciplina con la agresividad y la masculinidad. De ahí que, entre otras iniciativas, la sección de rugby del club ha creado el equipo S50+ mixto, formado por los progenitores. Son padres y madres, sin importar la edad, de jugadores o jugadoras del club que se han animado, sobre todo, a hacer actividad física.

Todo comenzó el pasado año cuando desde el Inefc se le ofreció al club la posibilidad de que un grupo de alumnos de la carrera hiciera unas prácticas durante unos meses de la asignatura de rugby y se apuntaron algunos padres. Una vez terminadas las prácticas, el grupo de progenitores pidió seguir practicando.Fue entonces cuando el club decidió ofrecer a los padres y madres poder hacer un entrenamiento de hora y media todos los viernes. “Es una sesión básicamente de acondicionamiento físico con el rugby como hilo conductor y que se lleva a cabo a la misma hora que los hijos e hijas están entrenando” explica David Carreras, director de rugby del CE Inef Lleida.Las sesiones son muy dinámicas y participan cerca de una veintena de madres y padres, dirigidos por una jugadora del equipo sénior femenino, Amaia Moreno, que es graduada en Ciencias de la Educación Física y en Educación Primaria.Por el momento solo entrenan pero sin jugar partidos, aunque si se animan, podrían participar de algún encuentro de Touch Rugbi (rugby mixto, sin contacto).

La diferencia con el rugby normal es que en este tipo de juego no hay más contacto que el hecho de tocar con las manos a quien lleva el balón para que tenga que detenerse y pasar la pelota a un compañero de equipo y tratar de hacer un ensayo.El grupo de padres y madres que participa en estas sesiones coincide en afirmar que “estamos muy motivados, disfrutamos con el entrenamiento y vamos viendo que evolucionamos en el juego, pero sobre todo hay muy buen rollo”. Tanto es así, que no se pierden una de las mejores iniciativas del rugby que es el tercer tiempo y, al finalizar cada sesión, se sientan un momento para compartir alguna bebida y unas buenas risas.