LOS DETALLES
Despedida con otra decepción
El Barça, que ya se sabía eliminado antes de comenzar el partido tras el triunfo del Inter, vuelve a sucumbir ante un Bayern muy superior || Segundo fracaso consecutivo en la fase de grupos de la Champions
Por segundo año consecutivo, el Barcelona ha quedado eliminado en la fase de grupos de la Champions. Ayer necesitaba dos resultados para seguir vivo en la máxima competición, pero ni uno ni otro se dieron, aunque el segundo, la victoria contra el Bayern, ya no hubiese servido de nada porque antes del inicio el Inter había goleado al Viktoria Plzen. Sabedores de que por segundo año seguido tendrían que jugar la Europa League, los azulgranas salieron al Spotify Camp Nou, donde el Bayern de Múnich, su bestia negra las últimas temporadas en la máxima competición continental, les barrió de nuevo.
En las previsiones más optimistas del club para esta temporada, ayer ambos equipos debían jugarse la primera plaza del Grupo C y el Barcelona saldar una deuda pendiente con su afición derrotando al rival que le ha regalado algunas de las noches europeas más negras de su historia reciente. Era el día para enviar un claro mensaje al mundo del fútbol: el Barça estaba de vuelta. Pero este es un deporte caprichoso y, pese a la inversión realizada este verano, por segundo año consecutivo descenderá a la segunda división europea.
El desenlace, aunque cantado, no deja de ser doloroso para un club que había vuelto a soñar en grande. Y ayer no era fácil para Xavi Hernández levantar a un equipo consciente de que, pasara lo que pasara en el campo, ya no podría mantenerse una ronda más en la élite.La eliminación supone otro golpe financiero para el club, pero ante el Bayern tampoco era una cuestión económica, sino simplemente una cuestión de dignidad. Pero a veces con la dignidad no te alcanza.
Y eso que el cuadro teutón salió al Camp Nou sin Neuer, que sigue recuperándose de una lesión en un hombro, ni Müller, que partió desde el banquillo. Pero no le hizo falta, porque los locales no chutaron en toda la primera mitad y el equipo germano marcó en sus dos primeras llegadas. A los diez minutos de juego, en la primera contra visitante, Mazraoui habilitaba a Mané, que ganaba la espalda a Bellerín y enviaba sutilmente el balón al fondo de la red sobre la salida Ter Stegen.
Pasada la media hora, llegaba el segundo zarpazo bávaro. Esta vez de Choupo-Moting a pase de Gnabry. Hasta entonces, la escuadra de Julian Nalgesmann, muy agresiva, yendo a buscar arriba a su rival para ahogarle en cada salida, no había dejado maniobrar al equipo azulgrana.
El Barça, penalizado por sus constantes imprecisiones en la combinación, lo intentaba, pero no podía. Aunque el partido quizás hubiera cambiado cuando en la última jugada de la primera parte De Ligt derribaba a Lewandowski dentro del área. El central neerlandés tocaba ligeramente el balón en primera instancia, pero a continuación empujaba al polaco hasta provocar su caída justo cuando encaraba a Ulreich.
El colegiado Anthony Taylor incluso sacaba tarjeta amarilla a De Ligt por su acción, pero después de consultar con el VAR anulaba la pena máxima, una decisión controvertida más este año, como ya sucediera en sus visitas a Múnich y Milán. La cosa aún podía haber sido peor cuando a los diez minutos de la reanudación Gnabry controlaba un balón dentro del área y batía a Ter Stegen con un disparo de rosca con la zurda. Sin embargo, el árbitro anulaba el tanto por fuera de juego.
Poco importa ya el buen partido de Balde o de De Jong, o el repertorio de imprecisiones que tuvieron Dembélé o Koundé. Ni tampoco que la afición culé, que sorprendentemente sigue teniendo fe ciega en este Barça, estuviera esta noche de diez. Solo la entrada de Ansu Fati en la media hora final –una acción suya fue todo el peligro azulgrana tras la reanudación–revitalizó un poco al equipo.
Por si la noche no fuera suficiente cruel para los azulgranas, el recién ingresado Pavard hacía el tercero en el añadido al rematar a placer tras un saque de esquina cuando ya hacía muchos minutos que el Bayern había aflojado el ritmo. Al Barcelona le espera de nuevo la Liga Europa, justo ahora que parecía estar a punto de ver la luz al final del túnel. El Inter acabó con toda esperanza de milagro del Barcelona al imponerse con solvencia al Viktoria Plzen checo (4-0), al que dominó, pese a un inicio protagonizado por los nervios generados por la situación, con la suficiencia de un equipo clasificado para los octavos de final de la Liga de Campeones al asegurarse la segunda posición. El Inter dependía de sí mismo y no falló, con lo que afrontará con tranquilidad el último partido ante el Bayern.