Lleida contra Alavés y el atentado terrorista que no fue

El partido de Copa del Rey que enfrentará al Lleida Esportiu contra el Alavés el próximo fin de semana del 12 y 13 de noviembre, en la primera eliminatoria de la competición, tiene un trasfondo histórico que hoy la Audiencia Nacional ha puesto de nuevo encima de la mesa. ¿Y qué relación tiene un partido de Copa del Rey entre Lleida y Alavés y la Audiencia Nacional? Pues un atentado fallido de la banda terrorista ETA en Mendizorroza, precisamente el día en que el Lleida visitaba al equipo azul y blanco. De eso hace más de 37 años, en 1985. El coche bomba debía explotar justo al iniciarse el partido, pero no lo hizo. Si no, probablemente la Unió Esportiva Lleida estaría ligada a otra jornada negra del terrorismo en España porque, tal y como explicaba el Gobierno Civil de Álava en una nota, si hubiera estallado "se habría producido una masacre".

Este hecho histórico lo recordamos porque precisamente hoy la Audiencia Nacional de Madrid ha condenado al exlíder de ETA, Soledad Iparraguirre, Anboto, a 425 años de cárcel por ese intento frustrado de atentado con coche bomba en el estadio del Alavés de Vitoria, en mayo del 85. Aquel día, 19 de mayo, ETA secuestró a un ciudadano al que le robaron el coche y al vehículo, que abandonaron en el parking de Mendizorroza, colocaron un artefacto explosivo con 25 kilos de goma-2 y cien de metralla, que debía estallar en los instantes previos del partido con el estadio lleno de espectadores. Al final, la Policía la desactivó ayudándose de un robot y efectuó una explosión controlada en un contenedor a la que asistieron en primera fila los jugadores del Lleida. Lo que fue un aburrido empate de último partido de temporada entre dos equipos sin ninguna aspiración pudo ser una masacre.

El periodista Xavier Madrona lo recordaba en SEGRE años después, hablando con protagonistas de aquella jornada, como Lluís Elcacho, autor precisamente del gol del Lleida “Nos informaron de lo que ocurría nada más pisar el césped al llegar al estadio antes de cambiarnos en el vestuario. Hubo cierta tensión porque el tema de ETA estaba muy a flor de piel en aquellos años, pero al final afortunadamente todo quedó a una anécdota y me quedo con el recuerdo de que fue un partido muy bueno. Cuando hicieron explotar el artefacto, nosotros estábamos en la otra parte del párking que estaba acordonada por la Policía. Recuerdo que en aquellos años siempre que viajabas al País Vasco, primero con el Lleida y después con Oviedo, palpabas que había más controles policiales y mucha más seguridad que en otros lugares”, decía a SEGRE.

ANBOTO, CONDENADA A 425 AÑOS DE CÁRCEL

Soledad Iparraguirre, Anboto, ex líder de ETA, ha sido condenada este lunes por la Audiencia Nacional a 425 años de cárcel por el intento frustrado en coche bomba, después de que el tribunal repitiera el juicio al apreciar "un grave error" en la valoración de la prueba. Anboto fue absuelta por estos hechos en marzo del pasado año, en una sentencia que contó con un voto particular discrepante de un magistrado y que acabó siendo anulada por el Supremo, que ordenó repetir el juicio por un tribunal formado por magistrados distintos.

La razón fue que, según constató el Supremo, el tribunal que juzgó a Anboto por primera vez omitió "con una argumentación no racional" la valoración de una prueba dactiloscópica que "para el fiscal, con fundamento objetivo, tenía un alto valor ". De esta forma, el exdirigente de la banda terrorista, que puso la voz con Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, del comunicado que anunció la disolución de ETA en el 2018, volvió a sentarse en el banquillo por este atentado en septiembre y negó que participara en la acción terrorista porque entonces, dijo, no pertenecía al comando Araba.

Tras el segundo juicio, la Audiencia Nacional ha considerado a Anboto responsable de veinte delitos de asesinato en grado de tentativa, otro de tentativa de atentado contra agentes de la autoridad y uno de estragos por este atentado con coche bomba instalado en las inmediaciones del polideportivo Mendizorroza de Vitoria, antes del partido de fútbol entre el Alavés y el Lleida, que no llegó a explosionar al ser desactivado por los TEDAX.

El tribunal condena a la acusada, de 61 años, a 425 años de prisión, si bien el tiempo máximo de cumplimiento, de acuerdo con el Código penal aplicable, no podrá exceder de 30 años. La Sala considera acreditado que Iparraguirre condujo el 19 de mayo de 1985 "el vehículo en el maletero del que se había instalado un artefacto explosivo que fue dejado aparcado en la explanada" del polideportivo, cerca de donde solían estar aparcados los vehículos policiales en los días de eventos deportivos, "dejando orientada la carga hacia las taquillas". Respecto al informe que no fue tenido en cuenta en el primer juicio, el tribunal explica que se trata de cinco huellas que fueron archivadas como anónimas y que se cotejaron con las indudables de Iparraguirre.

La sentencia, que puede ser recurrida, otorga plena eficacia probatoria al informe, que ha sido sometido a contradicción en el juicio y cuyos resultados son concluyentes: “hay cuatro huellas de Soledad Iparraguirre al volante del coche que estaba cargado con el explosivo. esta forma hay prueba directa de que María Soledad Iparraguirre estuvo físicamente presente en el interior del vehículo, y que cogió el volante con cuatro de los dedos”. Para dictar la nueva sentencia el tribunal también ha contado con el testimonio de colaboradores del comando Araba que identificaron a Anboto como miembro del comando en 1985.

El equipo entrenado por Roberto Álvarez, y que jugaba en Segunda B, presentó este once: Amigó, Alión, Oliva, Beraza, Lecumberri, Azkargorta, Pizo Gómez, Rubio, Palau, Elcacho y Serna. En la segunda parte entró Filgueira por Palau. El atentado fallido hizo retrasar una hora el partido. Ese año el Lleida ganó en el Barça 3-1 en el Camp d'Esports en partido de Copa del Rey, y perdió la vuelta 6-0.