El Lleida Esportiu, en caída libre

El Lleida Esportiu revivió un guión casi idéntico al de muchos de los partidos de esta temporada tras caer (1-0) contra un equipo, el Deportivo Aragón, que se bastó de un penalti y de la inoperancia azul en el área rival para sumar los tres puntos. Como pasó en la jornada anterior, el Lleida salió al partido con una excesiva cautela y con más miedo a perder que ambición por ganar, y eso desembocó en un primer tiempo muy plano por ambos lados donde las escasas ocasiones fueron generadas por errores graves del rival.

No en vano, el primer acercamiento peligroso para el Lleida fue cuando el partido superaba la media hora de juego. Chuli aprovechó un mal despeje de Saturday y, tras cuerpear con Operé, se generó el espacio justo para enviar un latigazo al larguero, en una ocasión que acabó en córner (30’).

En ese mismo saque de esquina, Gaixas tuvo una doble ocasión que se esfumó por encima de la porteria, siendo esas dos las únicas llegadas del Lleida al área rival. Tampoco generaba apenas un Deportivo Aragón que se encontró con un regalo caído del cielo en forma de penalti. Incomprensiblemente, David López se lanzó al suelo cuando el control de Sebastián había sido muy largo y se llevó por delante al lateral aragonés, dándole la opción al filial zaragocista de marcharse ganando al descanso.Y, como al Lleida le crecen los enanos, si el palo de Chuli acabó fuera, el penalti de Guillem Naranjo (40’) también tocó en la madera pero acabó en el fondo de la portería de Iñaki, que aunque adivinó la dirección, no pudo evitar el 1-0.

Tras el descanso, que Pere Martí aprovechó para hacer dos cambios, el Lleida varió de imagen. Le costó unos minutos adaptarse a la modificación del dibujo, y le pudo haber penalizado con el segundo gol de Naranjo que impidió Iñaki (58’), pero desde ese momento, fue un ataque constante que, como si de un mal endémico se tratara, no sirvió para nada.Chuli, participativo pero fallón, tuvo un disparo tan claro como tierno (58’) que blocó Rebollo.

Poco después, Gaixas cabeceó con virulencia un buen centro (70’) y, cuando el balón parecía entrar, volvieron a asomar las manoplas del portero local.En la jugada posterior, el arquero no pudo evitar el gol de Chuli aunque ya se encargó el juez de línea de anularlo por un supuesto fuera de juego.

Desde ese momento hasta el final, dos intentos de Bagayoko y otro cabezazo de Gaixas murieron en las manos del portero o directamente fuera, en lo que fue un claro reflejo de un Lleida que sigue negado de cara a puerta y que llega a la eliminatoria de Copa marcando la promoción de descenso.Porque, por muy tópico que suene, el fútbol no entiende de méritos y sí de goles y de puntos. Y de eso, el Lleida, no va especialmente sobrado.