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LOS DETALLES

El Lleida Esportiu pierde merecidamente contra el Alzira y cae al descenso

El Lleida pierde merecidamente contra el Alzira, encadena su tercera derrota y no gana en casa desde el 11 de septiembre || Pere Martí no dio con la tecla con los cambios y los azules chocaron una y otra vez contra su propia desesperación buscando el empate

Ramon Vila trata de consolar a Roger Figueras tras el partido, con Arnau Gaixas desesperado en segundo plano

Ramon Vila trata de consolar a Roger Figueras tras el partido, con Arnau Gaixas desesperado en segundo planoJORDI ECHEVARRIA

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Se acaban las excusas para el Lleida Esportiu de Pere Martí, si es que todavía quedaba alguna. La derrota de ayer contra el Alzira (0-1) hunde a los leridanos a la zona de descenso directo después de cosechar la tercera derrota seguida en Liga, la cuarta seguida sumando la de la Copa del Rey. Los más ilusos podían esperar que la rebeldía mostrada siete día antes contra el Alavés iba a servir de algo, pero al parecer eso fue un mero espejismo.El duelo contra los valencianos solo fue la confirmación de que el Lleida corre el riesgo de meterse en un pozo cuyo fondo es la Tercera RFEF.Aunque la tarde empezó con un cabezazo de Figueras que escupió el palo (10’), no hizo falta esperar mucho para constatar que sería otro partido decepcionante de los azules.En la siguiente jugada, el portero Iñaki tuvo que intervenir por primera vez y, en la segunda, lo hizo para recoger el balón de dentro de su portería.

Un balón muerto en la frontal lo convirtió Jordi Marenyà en un golazo inapelable (22’) que empezó a liquidar a un Lleida carente de argumentos ofensivos para darle la vuelta.Una de esas armas atacantes, Chuli, vivió todo el partido en fuera de juego, y cuando no lo hizo le falló el control, el último pase o la definición. O todo a la vez. La tuvo en el 27 para empatar, pero un mal control impidió que ni siquiera chutara, cuando lo tenía todo para marcar.Pese a no merecerlo, el Lleida pudo haber empatado antes del descanso, porque además de la ocasión mencionada, también amenazó Comeras con un potente disparo que rechazó el portero rival para mandar el partido al entretiempo con un Camp d’Esports que se temía lo peor.El Alzira tuvo la sentencia (49’) en las botas de su delantero Iago Beceiro, pero el pie izquierdo de Iñaki evitó el 0-2 para darle algo de esperanza a los suyos.Una esperanza que ya se encargó de destruir el larguero, que rechazó el latigazo de Comeras (55’) en la más clara de todo el partido para el Lleida.Los cambios de Pere Martí volvieron a demostrarse estériles.

Cualquiera de los jugadores que entraron desde el banquillo se contagiaron de la desesperación de los que ya estaban jugando, y eso solo podía tener un final. Ni el hondureño Mejía en la sala de máquinas, ni Adrià de Mesa en la punta de ataque, ni tampoco Alpha Bagayoko y David López desde las bandas, mejoraron lo que ya había.

El Lleida empezó a confiarlo todo al azar, a que uno de los múltiples centros sin sentido encontraran un rematador amigo y no un rechazo del rival. Y, lógicamente, no sucedió. Todos esos intentos, provocados por la necesidad y no por tener clara la forma de hacerle daño al Alzira, tenían un final idéntico. O bien la defensa los repelía, o acababan en las manos del guardameta Adrián Fernández, que aunque no tuvo casi que parar, actuó bien en varios centros laterales.

De hecho, el único jugador azul acertado en su trabajo fue precisamente el que iba de rojo, el portero Iñaki Álvarez, que tuvo que volver a sacar su pierna izquierda para frustrar una ocasión muy clara de Beceiro (72’), antes de protagonizar una doble parada (82’) con el Lleida volcado al ataque más por obligación que por la convicción de conseguir algún premio.

Pese a centrar una vez tras otra, lo único que se pudo asemejar a una ocasión fue un disparo muy lejano de David López, cuyo efecto dificultó la intervención del portero madrileño del Alzira (87’). Pero nada más.

El partido concluyó con una derrota justa de un Lleida que marcha actualmente en un barco a la deriva cuyo capitán, el técnico Pere Martí, se acerca cada día más a abandonar el timón. Si llega al partido del próximo domingo en Alicante contra el Hércules (12:00h), todo lo que no sea ganar en un estadio donde el Lleida no consigue hacerlo desde 2003 será un clavo más en su tumba. Quizá sea el último.

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