El Lleida empieza la segunda vuelta empatando sin goles contra el Teruel

El Lleida Esportiu se dio de bruces contra un Teruel que, en el Camp d’Esports, demostró la solidez que lo ha llevado a ser el líder de la competición (0-0). Los azules, aunque en una fase mucho más embrionaria que los aragoneses, también evidenciaron, una vez más, la evidente mejora bajo la tutela de Toni Seligrat, que en sus tres primeros partidos acumula una victoria y dos empates, ambos contra dos de los equipos más potentes del grupo.Y es que el entrenador valenciano parece tener claro su equipo titular, lo que constata, por otra parte, su poca confianza en los suplentes habituales. El único cambio respecto al domingo anterior fue la entrada de Agüero por Alejandro Mejía, pues el argentino recuperó su puesto tras estar sancionado contra el Espanyol B.La continuidad en el once facilita la aplicación de los mecanismos trabajados diariamente y las sinergias entre los jugadores, como la presión de los interiores y las triangulaciones por banda derecha entre Rubio, Quadri y Alpha.Así llegó el gol anulado a Chuli en los primeros minutos, tras una gran asistencia de Alpha para el andaluz, que estaba adelantado.

El Lleida fue mejor en la primera mitad, aunque las ocasiones fueron escasas. De hecho, previo al gol invalidado, el primer susto lo dio el Teruel.Iñaki Álvarez tuvo que salir de su portería para llegar antes a un balón que ya miraba relamiéndose Stéphane Emaná, el máximo goleador del Teruel.Los intentos del Lleida fueron todos desde fuera del área, pero ni el de David López, que se marchó fuera, ni el de Chuli, que atrapó Konaté, estuvieron cerca de mover el marcador. En el segundo tiempo cambiaron las tornas y fue el Teruel el que se sintió más cómodo.

Su entrenador Víctor Bravo permutó a un dibujo con tres centrales, y eso permitió a los interiores descolgarse un poco más, y así llegaron dos ocasiones clarísimas de Borja Romero.El 6 turolense, en el minuto 67, se quedó solo ante Iñaki y después de un recorte, definió pegado al palo derecho. Casi en la jugada siguiente, un contragolpe conducido por Guille Andrés encontró nuevamente a Romero, que sin fuerzas, lo culminó con un tiro desviado.Al Lleida se le iban esfumando las ideas y la frescura, y abusó de los centros laterales que la imponente defensa del líder rechazaba una y otra vez, frustrando a los azules.La última llegada peligrosa la protagonizó Emaná, con un cabezazo que tampoco encontró los tres palos, para fortuna del Lleida. Los de Seligrat llevaron el peso del partido durante muchas fases, pero en los últimos minutos se acercaron sin demasiada convicción.

Viendo la imposibilidad de penetrar en el muro defensivo del Teruel, se acabó dando por bueno el empate que abre la segunda vuelta con claras señales de progreso para mejorar las prestaciones de la primera parte del curso.