Un nuevo empate del Lleida Esportiu, por miedo a perder (0-0)

El Lleida Esportiu de Ángel Viadero parece decidido a hacer del 0-0 su resultado fetiche. Con el de ayer frente al Terrassa, tres de los cinco partidos que ha dirigido el cántabro han acabado sin goles, lo que puede dejar una doble lectura. La primera, y la más positiva, es que al Lleida es muy difícil marcarle, pues ya acumula cuatro jornadas seguidas sin encajar goles, y desde la llegada de Viadero es el equipo que menos ha recibido de todo el grupo, empatado con Teruel y Olot. Por otra parte, la segunda lectura, y la más alarmante, es que le cuesta mucho ver portería. Tomando la misma muestra de cinco encuentros, solo el Hércules (2) ha marcado menos que los azules (3).Con la idea de cumpli con ese tópico tan manido de hacer bueno el empate conseguido a domicilio la semana anterior, Viadero solo dispuso un cambio, con la entrada de Pladevall en el lugar del sancionado Nani.

La primera media hora invitaba al optimismo, con jugadores como Alpha o Agüero, cuya movilidad en el frente de ataque generaba caos en la defensa egarense. Durante esa fase del encuentro, el propio Agüero tuvo una de las más claras, con una falta directa que se colaba por la escuadra cuando Marcos Pérez voló para mandarla a córner.En ese mismo saque de esquina, la jugada acabó en los pies de Òscar Rubio, que remató demasiado alto. El lateral, en su versión de carrilero con mucha profundidad, gozó de otro disparo que pudo solventar la zaga del Terrassa, en lo último reseñable del Lleida antes del descanso. Por lo menos, en el apartado ofensivo porque en defensa sí que estuvo muy exigido. El Terrassa aprovechó cuando pudo correr con espacios, con un Jordi Cano muy incisivo que, en la primera que tuvo, se encontró con un pie salvador de Iñaki. No le hizo falta intervenir al portero azul cuando Carlos Martínez, totalmente solo en el segundo palo, la mandó incomprensiblemente muy desviada. Pero el navarro sí que volvió a aparecer para frustrarle de nuevo el gol a Jordi Cano, que remató un centro del exjugador del Lleida Diego Garzón, en la última oportunidad antes de la media parte.

En el segundo acto, el Lleida volvió a salir algo mejor que su rival, aunque sin la nitidez necesaria como para inquietar a Marcos Pérez. Viadero buscó soluciones en forma de cambios, y dio entrada a Mario Rivas y al debutante Diamanka, al que se le vio un poco oxidado en sus primeros minutos. El Terrassa, pese a sus numerosas bajas, empezó a ganar en confianza, y obligó a Iñaki Álvarez a desviar a saque de esquina una potente falta lateral peinada por un atacante. Precisamente a balón parado respondieron los azules, con la más clara del partido. Un córner centrado por Agüero lo remató Mario Rivas, que vio cómo el larguero le negaba su primer gol con el Lleida a falta de un cuarto de hora. Después de la ocasión del manchego, el Lleida solo pudo amenazar con alguna diagonal del ucraniano Denys, pero el mayor peligro fue en el área de Iñaki. Un centro raso y tenso de Jordi Cano que se paseó por delante del marco azul sin que nadie la tocara fue la última acción con peligro real del partido. Y fue en el minuto 81. Se volcó en exceso buscando el triunfo, consciente de que si concedía espacios podía perder el punto. Por su parte, al Terrassa le faltaron las fuerzas y, dadas las bajas y que solo había hecho dos cambios, acabaron dando por bueno un empate que para el Lleida parece insuficiente. Con los resultados de la jornada, los de Ángel Viadero volvieron a caer a las posiciones de promoción de descenso. Por si fuera poco, las próximas dos jornadas, ambas a domicilio, son contra el Atlético Saguntino y el Olot. Precisamente, son los dos equipos que están justo por encima y justo por debajo de los azules y que marcan, respectivamente, la salvación y el descenso directo a Tercera RFEF.