El Cadí Canoe Kayak, un club histórico que dio un gran salto con Barcelona'92

Hablar del Cadí Canoe Kayak es hacerlo del club de referencia del piragüismo de eslalon en Catalunya y uno de los grandes de España, un estatus que se fraguó a partir de los Juegos Olímpicos de Barcelona’92. La designación de La Seu d’Urgell como subsede olímpica provocó una transformación en la ciudad y también en su club de piragüismo, que hasta entonces era muy amateur pese a ser fundado en 1964. La entidad nació como Kayak Club y funcionó como tal hasta 1971, cuando se incluyó como una sección del Sedis, hasta que en 1988 se rebautizó con el nombre actual, Cadí Canoe Kayak, gracias al acuerdo de financiación con la cooperativa lechera. Con motivo de los Juegos, el club arrancó un proyecto de futuro, con campañas de captación de palistas en las escuelas e hizo una inversión importante en material, lo que provocó que en poco tiempo se quedara sin recursos. Todo apuntaba a que desaparecería, pero cuando parecía que no había más opciones, su entonces presidente, Josep Castellarnau, contactó con la cooperativa Cadí y consiguió que financiase el club a cambio de poner su nombre, y gracias a ello se salvó de la crisis.

Fue a partir de entonces cuando la entidad creció hasta convertirse en una de las cunas del eslalon estatal. “El club es lo que es ahora gracias a la herencia de los Juegos de Barcelona’92. Y lo que resultó determinante fue la construcción del Parc del Segre. Difícilmente estaríamos donde estamos sin esta instalación, por tanto, somos la herencia del 92, y todos los resultados que desde hace unos años se están consiguiendo es fruto de aquello”, afirma su ahora presidente, el exolímpico Marc Vicente, que reconoce que el club “vive un momento dulce a nivel de resultados individuales, con las medallas internacionales de Núria Vilarrubla, Miquel Travé o Mònica Dòria, pero en global quizás años atrás dominábamos más a nivel estatal, pero cuesta mantener el nivel. Podríamos crecer en número de palistas, pero tenemos un problema de espacio y de logística, ya que practicamos una disciplina en la que nos movemos con una piragua, no son unas botas de fútbol o un balón, por ejemplo, y en una instalación que tiene sus dimensiones. No es fácil gestionar 50 piraguas en el canal”, apunta.

En estos años el Cadí ha dado 7 olímpicos: Pere Guerrero, Marc Vicente, Carles Juanmartí, Guillermo Díez-Canedo y Núria Vilarruba han competido con España, y Montse Garcia y Mònica Dòria, con Andorra. Núria Vilarrubla, con 10 medallas internacionales, y Miquel Travé, con tres, son los principales referentes.

Jana Planes: “Me gustaría estar en unos Juegos, el sueño de todo deportista”

Lo de Jana Planes y el piragüismo fue como un amor a primera vista. “En mi familia no había nadie que lo practicase y con 6 o 7 años lo probé durante un Casal d’Estiu que hacían en el Parc del Segre y me gustó mucho, y cada vez me gusta más. Disfruto mucho en el agua, ver que cada día puedo aprender algo nuevo”, reconoce la joven urgelense, que a sus 16 años estrena su etapa júnior con objetivos muy claros. “Me gustaría competir algún día en unos Juegos Olímpicos, que es el sueño de todo deportista. Me gustaría llegar todo lo lejos que pueda”, señala.

Esta temporada la ha comenzado estrenando su palmarés en la categoría júnior con la medalla de plata que consiguió hace unos días en La Seu en la primera Copa de España de Kayak Cross, una modalidad que será olímpica en París 2024, además de superar la primera criba para acceder a la selección española en las dos disciplinas, K1 y C1. “Hicimos un preselectivo en Portugal y lo superé. Ahora toca afrontar los selectivos de Pau y La Seu el mes que viene para ver si puedo conseguir alguna de las tres plazas del equipo nacional júnior”, explica. Jana, que cursa primero de Bachillerato, se fija en las dos referentes femeninas del club, Núria Vilarrubla o Mònica Dòria, ambas olímpicas en los Juegos de Tokio. “Me fijo mucho en ellas, en su manera como fluyen sobre el agua, cómo encuentran la línea a seguir a la hora de remar, aprendo mucho de ellas”, apunta.

Marc Vicente: “Para mí el piragüismo lo es todo, ahora es mi prioridad en la vida”

En muchas ocasiones el apellido de los padres acaba marcando el futuro de sus hijos. Es el caso de Marc Vicente, hijo del olímpico con el mismo nombre y apellido que llegó a participar en dos Juegos, Barcelona’92 y Sydney’2000, y que ahora preside el Cadí Canoe Kayak. “Referentes no tengo ninguno en concreto, obviamente mi padre, que es quien me introdujo en este deporte y me lo ha enseñado todo. Si ahora estoy aquí es gracias a sus enseñanzas”, afirma Marc, que a sus 18 años ya ha conseguido dos medallas con la selección española júnior, un oro mundialista y una plata europea, ambas por equipos C1 el año pasado.

Él y Manel Contreras son las promesas más firmes del Cadí, que buscan llegar al nivel de Miquel Travé, el mejor palista del club a nivel masculino. En su caso, Marc tiene claras las prioridades. “Para mí el piragüismo lo es todo ahora mismo, es mi prioridad en la vida, lo más importante. Solo pienso en seguir mejorando. Los estudios también, pero le doy prioridad al piragüismo”, señala. Tiene grandes retos por delante y asume que eso conllevará renunciar a muchas cosas, como salir con los amigos. “Mi objetivo es llegar a lo más alto, ser olímpico y ganar alguna medalla en Europeos y Mundiales absolutos. La habilidad para estar con los mejores dentro de unos años la tengo, pero hay que trabajarla y sé que tendré que hacer sacrificios, pero tengo claras mis prioridades, y ahora mismo es el piragüismo”, asevera.