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Trifulca en un partido de juveniles entre el Fonaderella y el Mig Segrià B disputado el sábado en Linyola

El árbitro del Fondarella-Mig Segrià B hizo constar en el acta agresiones a jugadores visitantes | Dice que paró el juego 5 minutos al invadir el terreno de juego aficionados de ambos equipos

Imagen de archivo del campo de fútbol de Linyola.

Imagen de archivo del campo de fútbol de Linyola.Xavier Farreny

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No hay semana sin incidentes en el fútbol territorial. Si el viernes se suspendía el partido Golmés-Albagés por una tangana, el sábado se producía una trifulca y varias agresiones en un partido de juveniles. Fue en el partido Fondarella-Mig Segrià B, que se disputó en Linyola, correspondiente a la jormada 27 de la Segunda división juvenil que finalizó con el resultado de 1-3.

El árbitro de dicho encuentro, X.S.R. pudo pitar el final en el tiempo reglamentario pero hizo constar en el acta diversos incidentes. Según el colegiado, en el minuto 86 tuvo que detener el juego durante 5 minutos por la entrada al terreno de juego “de una persona de la grada, identificada por mi persona como aficionada del equipo local pero a la que no he podido identificar, con actitud de confrontación y con ánimo de agredir a jugadores y cuerpo técnico del equipo visitante llegando a conseguirlo, pero sin causar daños en los miembros del equipo”.

El árbitro sigue explicando que a continuación de este incidente “varios aficionados, tanto del equipo local como del equipo visitante, también han saltado al campo y se ha producido una picabaralla entre las dos partes”. Termina diciendo que pudo reconducir la situación al cabo de cinco minutos y que, una vez acabado el partido, no se produjeron más incidencias. También hace constar el árbitro que expulsó al segundo técnico del Mig Segrià B, D.R.B., por “entrar en el campo con actitud de confrontación e intentar agredir a una persona del equipo local que no he podido identificar, sin llegar a conseguirlo y sin hacerle daño, justo después de haber recibido una agresión por parte de un agente externo”, es decir de alguien que estaba como espectador en el partido sin ser nadie de los contendientes en el terreno de juego.

El redactado del acta prosigue en el capítulo de “otras incidencias” y aquí el colegiado precisa que son incidentes que él no ha presenciado. Explica que el entrenador del Mig Segrià B, A.A.P., le insta a que haga constar en el acta que uno de sus jugadores, A.C.F., “presenta un hematoma en el cuello” por un golpe de un espectador que, según ha podido constatar este diario, es P.S., un jugador del Fondarella actualmente lesionado. También le hace constar que otro jugador visitante, S.T.K., ha tenido que “ir al hospital para recibir asistencia médica” tras una presunta agresión que le ha producido el anteriormente citado P.S.

Por su parte, el delegado del Fondarella, A.F.V., no quiso firmar el acta por considerar que había habido “una mala actuación arbitral”, pero le inquirió al colegiado que pusiera en su escrito que “una persona de la grada presenta síntomas de agresión por parte del segundo entrenador del equipo visitante (D.R.B.)”, al que el árbitro había expulsado.

“Todos debemos poner de nuestra parte para evitar esta violencia”

Fondarella y Mig Segrià coincidieron en declaraciones a este diario que “todos debemos poner de nuestra parte para evitar estos incidentes violentos”, aunque también se mostraron críticos con el hecho de que a árbitros muy jóvenes e inexpertos les cuesta imponer su autoridad. Fuentes del Fondarella indicaron que “no firmamos el acta porque si el árbitro hubiese gestionado bien el partido, no hubiera ocurrido nada de lo que pasó”. Según el Mig Segrià, “había un pique del Fondarella porque había perdido con nuestro equipo A –líder del grupo– y querían vengarse ganándonos sí o sí a nosotros que somos el B. Nos hicieron entradas muy fuertes. Tenían un jugador lesionado, que no podía estar en el banquillo, y fue el que lo lió todo”.

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