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BALONMANO INTERNACIONAL

El leridano Aleix Gomez lucha por subir a la Primera división italiana de balonmano con el Lanzara de Salerno

Aleix Gomez Subarroca, de Guissona, juega el play off con el Lanzara de Salerno

Aleix Gomez Subarroca en un partido de la Liga italiana con su equipo, el Hanball Lanzara de Salerno.

Aleix Gomez Subarroca en un partido de la Liga italiana con su equipo, el Hanball Lanzara de Salerno.EDUARDO FIUMARA

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Aleix Gomez Subarroca, un jugador de Guissona de 25 años, tiene la oportunidad esta semana se ascender con su equipo, el Handball Lanzara de Salerno, a la máxima categoría del balonmano italiano, la Primera división. Cumple su segunda temporada en este equipo del sur de Italia, de la provincia de la Campania y por segunda temporada lucha por el ascenso.

El año pasado llegamos a las semifinales en el play off y perdimos por dos goles. Este año el objetivo está claro, subir.

“Esta temporada el equipo está en mejor dinámica. Hubo cambios a final de temporada, llegaron refuerzos y tenemos más experiencia. De hecho, en la fase regular solo hemos perdido un partido”, valora este joven formado en el ACLE de Guissona y que dio el salto a la Liga italiana desde el Handbol Pardinyes. Aleix afirma sentirse muy a gusto en Italia, aunque aún no tiene claro si renovará con el Lanzara. “Este año tengo contrato profesional, pero estoy pensando que es lo que voy a hacer. Por una parte sí que subir a Primera me gustaría, pero también me tira mucho volver a casa. Así que voy a esperar”, comenta.

El leridano combina la práctica del balonmano con los estudios, ya que está haciendo un doble grado de Educación Primaria y Educación Física. En cuanto a las diferencias con el balonmano que se juega en Catalunya explica que “aquí es más individual, mientras que nosotros tenemos un concepto más de equipo. Pero en los últimos años el balonmano está subiendo mucho en Italia y los clubes están trabajando muy bien”, valora.

Jugador de balonmano desde que “a los tres años en mi casa, donde se vive mucho este deporte, ya me pusieron una pelota en las manos. La verdad es que me inyectaron el balonmano en la sangre”, bromea. Explica también que se ha adaptado muy bien a la vida italiana. “La verdad es que no me ha costado mucho. Estoy viviendo un sueño dedicándome profesionalmente al deporte que me apasiona. Adaptarte a Italia es muy fácil, es una cultura muy similar a la nuestra y la verdad es que ya hablo un italiano muy fluido. Incluso ya me atrevo con el napolitano”, añade.

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