La Fundació Jericó inició después de la pandemia un proyecto para integrar en el deporte a las personas sin recursos

El duro confinamiento por la Covid pasó factura física y emocional, pero también dio pie a iniciativas como las de la Fundació Jericó de Lleida, donde advirtieron de la importancia de la actividad física en las personas que acogía el centro que se encuentran en situación de exclusión social o, más concretamente, sin hogar y sin techo. “Cuando confinaron Lleida en pleno verano durante veinte días teníamos un brote de Covid en la residencia y tuvimos que permanecer recluidos en la residencia 70 personas, entre residentes y trabajadores. Tras la pandemia, vimos necesario llevar a cabo actividades deportivas y crear un proyecto con una temporalidad de todo el año alrededor del deporte y de las personas usuarias del servicio”, explica Anna Vila, directora de la Fundació Jericó.

El primer paso fue habilitar un gimnasio en un espacio que tenían libre y que desde entonces está abierto todos los días de la semana entre las 16.00 y las 20.00 horas. Es un gimnasio con máquinas de segunda mano y algunos artilugios ingeniosos como unas pesas hechas con garrafas rellenas de tierra. En el gimnasio también se habilitó un saco de boxeo y se pusieron unas esterillas para practicar yoga. “Todo el coste económico de las máquinas y el espacio lo ha asumido la Fundació, pero nos faltan los accesorios correspondientes para algunas máquinas”, advierte Vila. A partir de entonces todo fue una sucesión de actividades deportivas duraderas a lo largo del año.

Hicieron salidas a las piscinas municipales en verano, alcanzaron un acuerdo para practicar piragüismo con el apoyo de la Paeria que facilita el material y un monitor, y un grupo de jóvenes residentes del centro formaron un equipo de fútbol sala. Comenzaron el pasado año entrenando un martes al mes, primero en la pista de Cervantes y después en la rehabilitada instalación de La Panera. Son 12 los jugadores que forman el equipo y el servicio de comedor de la propia Fundació Jericó les proporciona alimentos saludables para ayudar en la práctica deportiva. “Nos dimos cuenta de que nos faltaba material. Algunos jugaban hasta descalzos, con pantalones vaqueros y cuando íbamos a la piscina no tenían bañador. Fue entonces cuando propusimos un proyecto que gustó”, explica Anna Vila.

Y fue la firma Decathlon la que, tras conocer las carencias, decidió ayudarles. “Les aportaremos un dinero que luego lo podrán gastar en nuestra tienda en el material que necesiten. Además, haremos una jornada deportiva el día 6 de junio en el parking de nuestra tienda abierta no solo a la Fundació Jericó”, explica Cristina Navarro, Team Manager de la firma que dirige en Lleida Jaume Matamoros. La Fundació Jericó, vinculada en sus orígenes a la parroquia del Carme de Lleida, nació en 2014 bajo el lema ‘un plato, una cama, un acompañamiento’. Cuenta con 90 residentes y el servicio de comedor quieren que se convierta en un centro neurálgico del barrio.