30 años de la gesta inolvidable de la Unió Esportiva Lleida

“Después de 30 años ves que lo que conseguimos con la Unió Esportiva Lleida fue algo muy grande”, rememoraba ayer Xavier Bartolo. “Fue una temporada inolvidable, como lo fue la de Primera división y como lo fue la siguiente en Segunda, con la promoción perdida en Gijón”. Aquel 5 de junio de 1993, fecha de la que ayer se cumplieron 30 años, mientras Bartolo y sus compañeros preparaban en el vetusto vestuario del viejo Camp d’Esports el partido decisivo ante el Badajoz, una hora antes del encuentro, previsto para las 18.00, los alrededores del estadio ya estaban llenos de aficionados con bufandas, banderas y el convencimiento de que solo se podía ganar.

“Tres, os vamos a meter tres”, le decía uno de los seguidores del Lleida a un joven periodista de SEGRE que había osado acudir a hacer su trabajo sin signos visibles de que, como los demás 6.000 aficionados del Lleida, también deseaba como nunca la victoria del equipo. Y fue una premonición. El Lleida ganó 3-0 al Badajoz y selló el ascenso a Primera división, 43 años después del anterior y único hasta entonces, en 1950.

El éxito obligó a ampliar el centenario Camp d’Esports, que hoy acoge partidos de Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol estatal. La nostalgia puede que no sea buena, pero sí, hubo tiempos mejores.“Hicimos algo muy importante. Era la segunda vez que el Lleida estaba en Primera y creo que todos los que formamos parte de aquel equipo estamos satisfechos, orgullosos y contentos por ello”, explica Miguel Rubio, el “Capi”, que vivió la mejor etapa del club.En aquel equipo para la historia también había futbolistas venidos de fuera que acabaron siendo tan leridanos como el que más.

“A Lleida se viene llorando y de Lleida se marcha llorando”, llegó a decir Gonzalo Arguiñano, que llegaba del Burgos, entonces en Primera y que admite que “para mí Lleida fue el resurgir. Vine de un año sin apenas jugar, a un equipo de Segunda pero fue una de las mejores experiencias de mi vida. Pasé tres años y en Lleida encontré otra familia, en la directiva, los compañeros, los técnicos y los aficionados.

Deportivamente viví este éxito, pero lo más importante para mí fue el factor humano”, añade.Sin ser favorito, el Lleida empezó muy bien la temporada y en la jornada 8 se situó líder, tras encadenar 7 puntos de 8 posibles –las victorias valían entonces dos puntos–. La primera derrota no llegó hasta la jornada ¡¡¡20!!!, en Sabadell (2-0) y tras un ligero bajón en febrero volvió a remontar hasta ascender.Tras el partido, miles de aficionados acompañaron al equipo en una rúa hasta la Paeria, desde cuyo balcón Rubio avisó que “guanyarem al Barça y al Madrid”. Y así fue, tumbó al Dream Team.

Eso tambien es historia. José Manuel Esnal “Mané” (Balmaseda, 25 de marzo de 1950), vivió con la UE Lleida su primer ascenso a Primera división, algo que repitió posteriormente con el Alavés y el Levante y, 30 años después, recuerda ese 5 de junio de 1993 como “uno de los días más importantes en mi carrera”, que disfrutó especialmente por “hacer feliz a tanta gente porque habíamos conseguido algo tan bonito”. Recuerda que en el Lleida se dieron unas circunstancias especiales: “Tenía la confianza, la edad y los elementos que hacen falta.

Gente muy comprometida, que estaba por la labor y con ganas de afrontar retos. Se fue haciendo una estructura, promocionamos a muchos futbolistas y sí, lo recuerdo con felicidad”, rememoraba ayer desde Vitoria, donde tiene su residencia desde hace unos años.Recién ascendidos desde Segunda B, admite que el ascenso a Primera no era el objetivo, pero sí “hacer una buena temporada” y que a medida que avanzaba la misma “veíamos que las posibilidades estaban. Fue una fe constante, creíamos en cada partido, veíamos que podíamos ganar a cualquiera y eso nos dio confianza”.

Añade que “tuvimos un poco de bajón en invierno, fue como si hivernáramos, pero reflotamos e hicimos un final de Liga muy bueno con la gente empujándonos”, concluye.

“Con el VAR igual no habríamos bajado a Segunda”

Miguel Rubio y Xavier Bartolo, dos de los canteranos que formaron parte de la plantilla del ascenso y que jugaron con el Lleida en Primera división, ven en el VAR el principal cambio del fútbol actual con respecto al de 30 años y creen que con este sistema de videoarbitraje, el Lleida no hubiera descendido a Segunda al año siguiente. “Igual no hubiéramos bajado”, explica Bartolo.

“Años después se supo que el arbitraje ante el Atlético no fue muy normal”, señala en referencia al polémico arbitraje de Manuel Díaz Vega ante el equipo del club que entonces presidía Jesús Gil y que tampoco estuvo “afortunado” con el Lleida en otros encuentros.“En algunos partidos, desde mi punto de vista, nos sentimos perjudicados. La verdad es que los arbitrajes no nos ayudaron nada”, añade el “Capi” Miguel Rubio. “Ahora con el VAR, cualquier cosa que pasa en el campo se vuelve a arbitrar, aunque esta tecnología tampoco ha evitado que siga la controversia con los arbitrajes y la gente se sigue quejando”, añade.Bartolo añade que el fútbol “evoluciona” y que no solo es con el VAR.

“Pep Guardiola cambió el fútbol unos años después y se impuso un fútbol de toque, en lugar del juego físico que se jugaba antes. También se intenta que el juego sea más dinámico y no se pierda tanto tiempo, pero sí, el cambio más contundente ha sido el VAR”, admite.